El conflicto armado entre Irán e Israel llegó a su fin tras 12 días de intensos bombardeos, ataques con drones y misiles. La tregua fue mediada por el presidente estadounidense Donald Trump, quien anunció la entrada en vigor del alto el fuego este martes. Ambas naciones confirmaron su compromiso con el cese de hostilidades, aunque con acusaciones mutuas de violación al acuerdo.
El presidente de Irán, Masud Pezeshkian, declaró oficialmente terminada la guerra, calificándola como una agresión “imprudente” del régimen sionista. Afirmó que Israel “fracasó” en su intento de destruir las instalaciones nucleares iraníes o generar caos social. “El enemigo agresor no logró sus objetivos. Nuestra soberanía y capacidad científica siguen intactas”, sostuvo Pezeshkian.
Del lado israelí, el primer ministro Benjamín Netanyahu se abstuvo de nuevos ataques tras conversar con Trump. Sin embargo, su gobierno denunció que Irán habría violado el alto el fuego, lo que motivó el bombardeo de un radar en el norte de Teherán. Pese a ello, Trump confirmó que la mayoría de los aviones israelíes “dieron la vuelta” tras su petición.
Durante el conflicto, se contabilizaron al menos 638 muertes, de las cuales 610 ocurrieron en Irán y 28 en Israel. Más de 4 mil 700 personas resultaron heridas, muchas de ellas civiles iraníes afectados por bombardeos en zonas urbanas como Chamestan, Babol y Babolsar.
El conflicto inició el 13 de junio, cuando Israel atacó objetivos iraníes, incluidos centros nucleares. Irán respondió con misiles balísticos y enjambres de drones armados, alcanzando bases militares israelíes y zonas civiles.
Organismos internacionales como la ONU y la Cruz Roja exigieron acceso humanitario inmediato para atender a los heridos y desplazados. El secretario general, António Guterres, instó a ambas partes a respetar el alto el fuego y replicarlo en otros conflictos regionales.
Analistas señalan que la mediación de Trump evitó una escalada regional en Medio Oriente.