Una treintena de centuriones, hombres que trabajaban en el Coliseo vestidos como los antiguos romanos, protestaron de nuevo hoy en Roma para pedir su legalización después de que recientemente se prohibiera su presencia ante unos de los monumentos más visitados del mundo.
Los centuriones se concentraron delante de la Columna Trajana, en la plaza Venecia, con la pancarta “Alemanno, dacce na’ mano” (“Alemanno, échanos una mano”), con la que pedían al alcalde de Roma, Gianni Alemanno, que les deje posar delante del Coliseo para ser fotografiados por los turistas a cambio de una propina.
El portavoz de los centuriones afectados, David Sonnino, de 37 años, explicó que el colectivo, que no está organizado formalmente, pide una urgente regulación de su situación laboral porque para la gran mayoría es su único trabajo.