Hay documentos que deberían dolernos. No por lo que dicen, sino por lo que olvidamos.
¿Sabías que Cholula fue una de las ciudades más pobladas del planeta cuando llegaron los españoles? ¿Que llegó a tener más habitantes que muchas capitales europeas de su tiempo? Y, sin embargo, esa grandeza –ese esplendor– ha quedado sepultada en el polvo de la ignorancia y la desmemoria.
Cholula no solo es pirámide, iglesias y mole. Es historia viva, con heridas abiertas y memorias que si no recuperamos, otros lo harán por nosotros… o simplemente las venderán en Mercado Libre.
Todas las ciudades del mundo nacieron junto al campo, gracias al desarrollo agrícola local. Nuestra vieja Cholollan no fue la excepción: floreció en un fértil valle regado por los deshielos de los volcanes cercanos.
Creció al ritmo de su gente. Por eso, sorprende saber que, hacia la llegada de los españoles, Cholula tenía aproximadamente cuarenta mil habitantes. Una cifra que muy pocas ciudades del mundo alcanzaban en aquel entonces.
Pero ese esplendor fue brutalmente interrumpido: en 1519 llegó Cortés, se ejecutó la tristemente célebre matanza, y más tarde vinieron epidemias y enfermedades traídas desde Europa. En apenas unas décadas, la población se redujo a una cuarta parte.
¿Cómo sabemos esto? Gracias a un documento fundamental: la Relación de Cholula, escrita en 1594 por el entonces corregidor Gabriel de Rojas, por mandato del rey Felipe II. El monarca español ordenó recabar información detallada de los nuevos territorios conquistados: geografía, población, costumbres, lenguas, economía.
Así nació este documento, de diez cuartillas y un mapa, que hoy es una joya de la historia mexicana, olvidada por muchos, resguardada por otros.
¿Y dónde está ahora?
En la Biblioteca de la Universidad de Texas en Austin, dentro de la Colección Latinoamericana Nettie Lee Benson. No en Cholula. No en México.
Pero no todo está perdido. En 1974, durante el gobierno de Alfredo Toxqui Fernández de Lara, se imprimieron 500 ejemplares de una versión paleografiada de esta Relación. Incluía el mapa. Y hace poco, algunos de estos ejemplares aparecieron en venta en Mercado Libre, a mil pesos cada uno.
Sí, lo leíste bien: la historia profunda de Cholula, nuestra historia, está a la venta en una tienda en línea.
Uno no puede amar lo que no conoce. Ni defender lo que ha olvidado.
Esta ciudad –que muchos hoy ven solo como postal turística– fue faro del mundo. Centro político, cultural y comercial. Su historia es tan profunda como su pirámide, pero tan frágil como las hojas de un archivo que hoy duermen en bibliotecas extranjeras o en cajas de envío.
Si eres poblano, si eres cholulteca, si te importa tu tierra, no dejes que esta historia se pierda. Búscala. Léela. Cuéntasela a tus hijos. Que no nos gane el olvido. Que no sea otro el que nos diga quiénes fuimos.
Porque Cholula no fue pequeña.
Y nuestra memoria tampoco debería serlo.