El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado la reapertura de la prisión de máxima seguridad de Alcatraz, cerrada desde 1963, con el objetivo de albergar a los delincuentes más peligrosos del país. A través de su red social Truth Social, Trump señaló que ya dio instrucciones a la Oficina Federal de Prisiones (BOP), al Departamento de Justicia, al FBI y al Departamento de Seguridad Interna para poner en marcha el proceso.
“Ya no toleraremos a esos delincuentes reincidentes que siembran caos y sangre en nuestras calles”, escribió Trump, quien también adelantó que inmigrantes indocumentados con antecedentes penales podrían ser enviados a esta icónica cárcel ubicada en la Isla de Alcatraz, frente a la costa de San Francisco, California.
La prisión de Alcatraz, operativa entre 1934 y 1963, fue cerrada originalmente por el alto costo de mantenimiento, que ascendía a entre 3 y 5 millones de dólares anuales. Desde su clausura, el sitio se convirtió en una atracción turística mundialmente famosa, especialmente tras el histórico escape de tres reclusos que inspiró múltiples películas.
Esta no es la primera vez que Trump expresa su deseo de utilizar prisiones de alta seguridad para aplicar su política migratoria. En enero, firmó una orden para enviar a inmigrantes con supuestos antecedentes delictivos a la prisión de Guantánamo, y recientemente ha intentado enviar a más de 200 inmigrantes, principalmente venezolanos acusados de pertenecer al Tren de Aragua, al CECOT de El Salvador, desatando controversias legales.
La reapertura de Alcatraz forma parte de su propuesta de mano dura contra la criminalidad y la inmigración ilegal, una de las principales banderas de su campaña electoral.