Siria sigue sumida en el caos tras la caída de Bashar al Asad. En las últimas horas, la violencia se ha intensificado en la provincia de Latakia, donde los enfrentamientos entre las nuevas fuerzas de seguridad sirias y grupos leales al expresidente han dejado un saldo de más de 70 muertos y decenas de heridos.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), los combates en la ciudad de Jableh y sus alrededores han sido los más sangrientos desde la salida de Asad el pasado 8 de diciembre. Las fuerzas del derrocado líder lanzaron un ataque planificado contra los nuevos cuerpos de seguridad, lo que desató una serie de enfrentamientos que aún continúan.
Latakia, epicentro de la violencia en Siria
La provincia de Latakia, ubicada en la costa mediterránea y considerada un bastión de la minoría alauita, ha sido escenario de fuertes enfrentamientos. Mustafa Kneifati, jefe de seguridad en la región, afirmó que los milicianos leales a Asad atacaron puntos de control estratégicos y patrullas en Jableh, causando numerosas bajas.
Las nuevas autoridades han respondido con una ofensiva para restablecer la estabilidad en la zona. Además, se han impuesto toques de queda en Latakia, Tartús y Homs para evitar nuevos ataques.
Detención de un alto mando cercano a Asad
En medio de la crisis, las fuerzas de seguridad capturaron a Ibrahim Huweija, un exfuncionario de los servicios de inteligencia del régimen de Hafez al Asad, padre del expresidente. Se le acusa de haber cometido cientos de asesinatos durante la dictadura alauita.
Siria en crisis: refugiados y protestas
El conflicto en Siria ha generado el desplazamiento de millones de personas, con cerca de tres millones de refugiados en Turquía. El presidente Recep Tayyip Erdogan informó que más de 133 mil han regresado voluntariamente al país desde la caída de Asad.
A su vez, en ciudades como Hama, Homs y Alepo, se han registrado protestas en apoyo a las nuevas autoridades y su lucha contra los últimos remanentes del régimen de Asad.