Cuentan que hace unos días, en una reunión de compadres realizada en San Pedro Cholula, el político priista Juan Carlos Lastiri Quirós habría anunciado que “en menos de lo que canta un gallo” va a estar despachando desde un importante puesto en el Poder Ejecutivo de Puebla, es decir que va a ser parte de la 4T. Con ello, llegaría a su fin el largo periodo de seis años en que estuvo excluido de todos los escenarios públicos.
Es una versión que suena posible por el extremo pragmatismo que priva en la 4T poblana que se ha convertido en la nueva morada de docenas de priistas que, apenas hace unos meses o años, eran fervientes detractores de Andrés Manuel López Obrador, de la izquierda, de la presidenta Claudia Sheinbaum y hasta del propio gobernador Alejandro Armenta Mier.
Lo que está “en tela de duda” es que en Palacio Nacional no cause malestar, inconformidad, el que se le abra las puertas de un gobierno de la 4T a uno de los protagonistas centrales de la llamada “Estafa Maestra”, mediante la cual se habrían esfumado unos 7 mil millones de pesos de fondos públicos durante el gobierno priista de Enrique Peña Nieto.
Juan Carlos Lastiri fue “una de las manos derechas” de Rosario Robles Berlanga a lo largo de los seis años de la gestión peñista, periodo en que esta mujer encabezó dos secretarías del gabinete y eso le costó estar tres años en la cárcel, para finalmente obtener su libertad como parte de los polémicos fallos del Poder Judicial federal que actuó bajo consignas políticas.
Es cierto que Robles Berlanga acabó exonerada, sin que nunca se aclarara el destino de los 7 mil millones de pesos que “se perdieron”. No obstante, se sabe que siguen abiertas varias carpetas de investigación –por el asunto de la “Estafa Maestra” — contra funcionarios que en el periodo peñista ocuparon altos cargos en Sedatu y Sedesol, como es el caso de Lastiri que fue subsecretario en ambas dependencias.
El asunto de la “Estafa Maestra” causó un fuerte agravio en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, ya que fue uno de los escándalos de corrupción que se quisieron sancionar por parte de la 4T y que no fue posible por la actuación facciosa de algunos jueces de distrito.
Por lo que se antoja poco probable que, en Palacio Nacional, pase desapercibido una posible incorporación de Lastiri a un cargo de un gobierno morenista y que se le aplique la máxima de “perdón y olvido”.
Jugó en los dos bandos: con Mier y Armenta
Regresando a la reunión de compadres en San Pedro Cholula, mencionada al inicio de esta columna, se dice que ahí se le vio a Lastiri sonriente, seguro, optimista, de que pronto se le acabará su largo periodo de estar “fuera del presupuesto”, luego de que en todos lados le cerraron las puertas –incluido el PRI—por estar “apestado” a causa del escándalo de la “Estafa Maestra”.
Se dice que, en ese encuentro, Lastiri habría definió dos posibles espacios de participación que le podrían abrir en el Poder Ejecutivo Estatal, que serían los siguientes:
Al cumplirse los primeros 100 días de gobierno del mandatario Alejandro Armenta, según la versión de Lastiri, el segundo de ellos sería nombrado titular de la representación oficial del Poder Ejecutivo poblano en la Ciudad de México.
Si no consigue el anterior cargo, entonces podría ser designado como coordinador de asesores del gobierno del estado.
Más allá de que sea cierta o falsa la versión de que Lastiri podría regresar al gobierno estatal, en donde ya fue secretario de Desarrollo Social en el sexenio del ex mandatario Mario Marín Torres, lo cierto es que está desesperado por regresar a la política activa.
Por eso le apostó, en su momento, a quedar bien con los dos políticos que –entre 2023 y 2024—se disputaron la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla, que fueron: Ignacio Mier Velazco y Alejandro Armenta Mier.
La estrategia que utilizó el ex colaborador de Rosario Robles, es que su hermano Luis Roberto Lastiri Quirós se adhirió a la campaña de Ignacio Mier Velazco, sobre todo en la época en que se esparció la mentira de que el último era “el consentido” del presidente López Obrador para ser postulado como candidato a gobernador.
Y por otro lado, Alberto Lastiri Yamal –quien es hijo de Juan Carlos Lastiri—estuvo en el equipo de campaña de Alejandro Armenta.
Sin duda fue una estrategia inteligente el “sembrar” un par de operadores políticos en los dos bandos que se disputaron la candidatura morenista.
Lo que no ha logrado Lastiri, es sacudirse la mala fama de que fue parte de la escandalosa corrupción del gobierno peñista.