La celebración del Día de Reyes Magos tiene un origen bíblico, en el que no se habla de cuántos ni quiénes eran dichos reyes. Sin embargo, la modernidad les dio sus nombres y el propósito de hacer felices a las infancias.
Niñas y niños de diferentes partes del mundo amanecieron con una grata sorpresa en sus hogares; todos los juguetes que pidieron en sus cartas enviadas en globos o colocadas en zapatos llegaron de parte de tres personajes enigmáticos y de origen complejo: Melchor, Gaspar y Baltasar, los famosos Reyes Magos.
El origen de estos tres personajes es explicado por el maestro José Luis Camacho Gazca, coordinador de la Licenciatura en Literatura y Filosofía de la Ibero Puebla, quien señala que su primera aparición está en el Evangelio de San Mateo, en la que se narra la visita de unos magos de Oriente al Niño Jesús; en este pasaje, no se dan identidades ni cuántos fueron los visitantes.
“2 Jesús nació en Belén de Judea, en días del rey Herodes. Y he aquí unos magos vinieron del oriente a Jerusalén 2 preguntando: —¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.” – Mateo 2:1-2 (Reina Valera Actualizada, 2015)
Los datos faltantes se pusieron siglos después: los nombres específicos aparecieron en el siglo VI, y sus rasgos físicos y raciales se dieron hasta el siglo XV. La tradición de traer regalos a los más pequeños llegó desde España en el siglo XIX; con la influencia del capitalismo, los tres Reyes Magos recibieron las atribuciones que Papá Noel tenía en su momento.
El académico considera que en la actualidad esta celebración ha sido totalmente absorbida por la cultura del consumo debido a la influencia comercial que ha habido alrededor de las festividades decembrinas. Aun con ello, sigue despertando la ilusión en las niñas y los niños cada 6 de enero.