El reciente accidente del vuelo 7C2216 de Jeju Air ha sacudido a Corea del Sur, convirtiéndose en el mayor desastre de la aviación civil del país. De las 179 personas fallecidas, las autoridades confirmaron la identificación de 140 cuerpos, los cuales han sido trasladados a una morgue temporal. Las pertenencias de las víctimas están siendo recogidas en la zona del siniestro, que permanecerá cerrada mientras se desarrollan las investigaciones.
El vuelo partió del aeropuerto Suvarnabhumi en Bangkok y estalló tras aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Muan, al suroeste de Corea del Sur. El Boeing 737-800 se salió de la pista y chocó contra un muro al no desplegar el tren de aterrizaje, provocando una explosión. Entre los 181 ocupantes, 179 perdieron la vida, dejando solo dos sobrevivientes.
Según las primeras investigaciones, un posible fallo mecánico, causado por la colisión con un ave, podría haber impedido el funcionamiento de los sistemas de frenado. Las cajas negras fueron recuperadas, pero presentan daños que podrían retrasar el análisis de los datos.
El presidente interino de Corea del Sur, Choi Sang-mok, declaró un período de luto nacional de siete días y aseguró una investigación transparente. Además, se instalarán altares conmemorativos en 17 ciudades y provincias para rendir homenaje a las víctimas.
El Gobierno surcoreano también está implementando medidas de apoyo psicológico y financiero para las familias afectadas.
En paralelo, el Ministerio de Transporte realizará una inspección de seguridad de emergencia en las aerolíneas del país para prevenir futuros incidentes. El avión siniestrado, un Boeing 737-800, formaba parte de la flota de Jeju Air desde 2013.