El icónico estadio de Old Trafford, hogar del Manchester United, está en el centro de la atención tras una investigación sanitaria que ha revelado una plaga de ratas en sus instalaciones.
Un control de higiene detectó presencia de contaminación por roedores en varias suites de Old Trafford y en el área de comida destinada a los aficionados. Como consecuencia, la clasificación de higiene alimentaria del estadio disminuyó de cuatro a dos estrellas, lo que obligó a tomar medidas correctivas de inmediato.
Este hallazgo suscitó una ola de críticas y preocupación, especialmente después de que un roedor fuera visto en el campo durante un partido de la UEFA Europa League ante Bodø/Glimt.
Esto contrasta con la calificación promedio de cinco estrellas que mantienen la mayoría de los equipos de la Premier League en cuanto a estándares de higiene, con el fin de garantizar la seguridad de los aficionados. Una norma prácticamente exigida por la organización de la liga local para preservar el prestigio, la reputación y destacar frente a los demás.
La principal dificultad con la plaga de roedores radica en la ubicación de Old Trafford. Su cercanía a las vías del tren y a un canal complica el control total de las ratas, ya que las condiciones del entorno favorecen la proliferación de plagas en la zona.
Como medida urgente, el club ha intensificado las visitas de especialistas en control de plagas, con inspecciones entre cuatro y cinco veces por semana, buscando recuperar la máxima calificación de higiene.
Además de los problemas de higiene, Old Trafford, presenta problemas de infraestructura. Durante una reciente conferencia de prensa, se captaron imágenes de agua goteando del techo, lo que pone de manifiesto la necesidad de renovaciones significativas