El ciclón tropical Chido ha desatado una tragedia histórica en Mayotte, un territorio francés en el Océano Índico. Con ráfagas que superaron los 220 km/h, este fenómeno es considerado el más devastador que ha golpeado la isla en más de 90 años, según el instituto meteorológico francés.
François-Xavier Bieuville, prefecto de la región, declaró que el ciclón podría haber causado “indudablemente varios centenares de muertos”, y no descarta que la cifra final alcance los miles. Sin embargo, obtener un balance definitivo será complicado debido a las tradiciones musulmanas locales, que exigen enterrar a los fallecidos en menos de 24 horas.
El último reporte oficial confirma 14 decesos, además de nueve heridos en estado crítico y 246 lesionados graves. La situación es particularmente grave en Mamoudzou, la capital de Mayotte, donde las viviendas, construidas en su mayoría con madera, quedaron completamente destruidas en los barrios más vulnerables.
Los daños causados por el ciclón Chido no solo afectan a la población, sino también a la infraestructura. Los aeropuertos han sufrido daños significativos, dificultando el envío de ayuda humanitaria y el traslado de heridos graves. Además, los cortes eléctricos han entorpecido aún más las operaciones de rescate.
Los servicios de emergencia, desplegados por mar y aire, trabajan contra reloj para brindar asistencia a los afectados. La ONG Médicos del Mundo ha difundido imágenes impactantes de la destrucción en las zonas más afectadas, mostrando el colapso total de viviendas y la desesperación de los sobrevivientes.