Con el 80% de los votos, Jorge Romero Herrera fue electo como nuevo presidente del Partido Acción Nacional (PAN) en una jornada marcada por una baja participación y críticas al proceso electoral.
La Comisión Organizadora Nacional de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del partido confirmó los resultados que dieron a Romero una victoria significativa sobre Adriana Dávila Fernández, quien obtuvo cerca del 20% de los votos.
En este proceso participó aproximadamente el 45% de los 277 mil 665 afiliados del PAN, reflejando un abstencionismo alto que algunos analistas interpretan como un síntoma de apatía y desconfianza hacia la actual dirigencia del partido.
Las principales entidades donde el PAN tiene una fuerte presencia, como el Estado de México, Veracruz y Puebla, mostraron una participación variada, pero sin alcanzar la totalidad del padrón activo.
¡Hoy GANÓ Acción Nacional! 🙌💙
Muchísimas gracias a quienes nos dieron su confianza para renovar al PAN y encabezar una nueva Dirigencia Nacional, que defenderá con principios a tu familia. Unidos, ¡seremos una nueva alternativa! pic.twitter.com/SKQNfU6DEV
— Jorge Romero Herrera (@JorgeRoHe) November 11, 2024
Controversias en el proceso electoral
A pesar de los resultados oficiales, Adriana Dávila, contrincante de Romero y ex diputada federal, señaló irregularidades en el proceso y cuestionó la equidad de la elección.
Afirmó que el proceso estuvo marcado por la parcialidad en favor de Romero, a quien acusó de recibir apoyo de funcionarios partidistas y una red de militantes conocida como “padroneros,” cuya actividad podría haber influido en el registro de votos en su beneficio.
Dávila Fernández declaró en un comunicado que “la democracia interna debe volver al PAN” y llamó a la nueva dirigencia a reformar los estatutos para garantizar procesos más transparentes.
También mencionó que las bajas tasas de participación de la militancia en la elección deberían ser una llamada de atención para el PAN, al considerar que el descontento de los miembros está vinculado a los recientes escándalos de corrupción y conflictos internos.
En este sentido, hizo hincapié en la necesidad de retomar los valores fundacionales del PAN para reconectar con su base y la ciudadanía en general.
Un liderazgo bajo la sombra del “cartel inmobiliario”
Romero asume la dirigencia del PAN en medio de polémicas por su supuesta vinculación con el llamado “cartel inmobiliario” en la Alcaldía Benito Juárez, un escándalo de corrupción en el que se acusa a funcionarios panistas de manipular permisos de construcción y realizar negocios irregulares en Ciudad de México.
Durante la jornada de votación, algunos panistas que esperaban votar en el World Trade Center de la capital del país increparon a Romero, llamándolo “corrupto”; aunque Romero ha rechazado todas las acusaciones en su contra.
El ganador del proceso interno declaró que uno de sus objetivos será “pedir perdón” por los errores pasados de su partido y trabajar para que la ciudadanía vuelva a ver al PAN como una opción viable de gobierno.
La estrategia: consolidar al PAN para las elecciones de 2027
En su primer discurso como líder del PAN, Romero aseguró que su prioridad será fortalecer al partido para ganar en las elecciones de 2027, donde promete retener las posiciones que el PAN tiene actualmente en el Congreso y las gubernaturas, y recuperar los distritos perdidos ante Morena en las elecciones anteriores.
Su planilla incluye a Karen Michelle González Márquez y Santiago Taboada Cortina, quienes fungirán como secretaria general y coordinador de proyectos estratégicos, respectivamente, y quienes se comprometieron a apoyar su visión de construir un partido renovado.
Romero aseguró que el PAN buscará convertirse en un contrapeso efectivo a Morena, indicando que su partido representa al 46% de la población que, según él, no apoya al actual gobierno. En su mensaje, recalcó que “mientras más subestimen al PAN, más nos perfilaremos al triunfo”.
Promesa de reconstrucción
Romero también invitó a su contrincante, Adriana Dávila, a unirse a su equipo de trabajo en la nueva dirigencia, en un intento por reconciliar las divisiones internas y fortalecer la unidad del partido.
Reconoció el esfuerzo de Dávila Fernández durante el proceso electoral y aseguró que su equipo trabajará con responsabilidad y humildad para restaurar la confianza de los militantes y del público en el PAN.