Transcurrido ya el primer mes de la presente administración federal, que encabeza la presidenta Claudia Sheinbaum, comienza ahora la lucha por las delegaciones federales de todo el país y Puebla no es la excepción.
Una delegación que se ha convertido de la más codiciadas, sobre todo a raíz de que la presidenta Claudia Sheinbaum anunció que el Infonavit volverá a construir casas como en los setentas y los ochentas, es precisamente esta delegación, hasta ahora en manos de Marú Marín Deloya, quien ha tenido una excelente actuación.
Las reformas constitucionales para volver a tener un Infonavit constructor ya fueron aprobadas por la aplanadora morenistas en ambas cámaras, con lo que se pretende edificar casi un millón de viviendas de interés social, 450 mil más de las que originalmente se habían programado.
La jugosa bolsa de recursos que maneja esta dependencia de manera anual para edificar viviendas y cumplir la meta, anunciada por la propia presidenta, asciende a poco más de 83 mil millones de pesos, el acumulado durante el sexenio podría llegar a más de 500 mil millones de pesos o si lo prefiere usted, medio billón de pesos. Esto sí que es negocio.
Originalmente, el Infonavit, se dice, iba a ser ocupado por un personaje cercano a la presidenta Sheinbaum, el exlíder del Barzón y ahora diputado federal por tercera ocasión, Alfonso Ramírez Cuéllar, quien se tuvo que hacer a un lado, ante la petición del ahora expresidente López, para que este lugar fuera ocupado por el ex director general de Pemex, Octavio Romero, quien estudió agronomía.
Puebla es una de las seis entidades que se dice serán de las más beneficiadas mediante este ambicioso programa de construcción de casas, por lo que la delegación del Infonavit, se ha convertido en el objeto del deseo de muchos, porque creen que sería como regresar a los tiempos de cuando Raúl Pardo Villafaña construía todas las unidades habitacionales de Puebla.
Todo esto viene a colación, porque un personaje que tiene posibilidades de convertirse en próximo delegado de esta dependencia y que además es garantía de que haría un gran trabajo, es el actual diputado federal de Morena, Alejandro Carvajal, un hombre honesto y cuyo padre, Rogelio, fue dirigente y fundador del Barzón en Puebla.
Alejandro se ha caracterizado por atender siempre a ciudadanos en contra de instituciones como el IMSS, el Infonavit y el Issste, siempre en defensa de sus derechos laborales.
Otra delegación que se ha convertido en la “manzana de la discordia”, es la del ISSSTE en el estado, la cual se disputan el ex presidente municipal de San Pedro Cholula, Luis Alberto Arriaga Lila, y el exsecretario de Gobernación, David Méndez.
Arriaga, quien arrastra todavía sus cuentas públicas como edil de Cholula, con varios actos de corrupción denunciados en su momento durante su administración al frente de este lugar, presume que su compadre, el gobernador Alejandro Armenta, ya le consiguió esta delegación, porque es médico de profesión.
Por su parte, David Méndez, se dice, ha recurrido a su “padrino”, el director general de esta paraestatal y exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, para hacerse de la delegación.
Para desgracia de los poblanos, al parecer quien lleva mano es el “compadre”, Arriaga, pobres de los usuarios del ISSSTE, si de por sí ya el servicio es pésimo, con el “doctor” de seguro ni para mejorales, ni “curitas” habrá.
El que ya tiene amarrada su delegación es el sempiterno titular del Bienestar federal en Puebla, Rodrigo Abdala Dartigues, quien originalmente había sido designado por el futuro gobernador, Alejandro Armenta, como secretario de esta área en Puebla capital y ante el “fuchi” del equipo del alcalde Chedraui, prefirió hacerse a un lado y refugiarse en la que considera como su “delegación”.
Abdala y los suyos hacen y deshacen con la operación del programa “estrella” de las administraciones morenistas, sin rendirle cuentas a nadie.
En campaña dimos cuenta de cómo Vida Inés Vargas Cuanalo, a quien Abdala dejó como encargada de la delegación, mientras él andaba fuera, hizo y deshizo a su antojo, junto con el otro incondicional del sobrino político de don Manuel, Mario Monterrosas Alonso.
Vida y Monterrosas hicieron y deshicieron con la delegación del Bienestar en Puebla, la cual fue objeto de múltiples escándalos, como la compra de votos en la Sierra Norte de Puebla.