Para un buen número de presidentes municipales que rinden protesta este 15 de octubre, la fecha es un día de fiesta.
No es para menos, vivirán del erario tres años, firmarán contratos con amigos o empresarios afines, como en el pasado lo hicieron cientos de alcaldes.
En varios municipios habrá bailes con grupos musicales reconocidos, además de comida para miles de invitados y acarreados, incluso en la zona metropolitana de Puebla.
No duden que además de los mixiotes y el agua de jamaica, los equipos de los nuevos alcaldes sirvan pulque, cervezas y tequila a los asistentes.
Esto no debería ser así, sino asumir el cargo con responsabilidad, compromiso y coraje desde el primer minuto de sus administraciones.
Porque los ediles salientes heredan los municipios en las peores condiciones. En especial la inseguridad y los baches que atormentan a la población.
Ediles en Puebla rinden protesta
Los alcaldes entrantes de Morena, PAN, PRI, FMX, PSI y otros partidos deben entender que quienes votaron por ellos esperan resultados inmediatos.
Los ciudadanos ya no quieren ser asaltados en la vía pública, ni en el transporte público, ni que les roben el auto o mercancía en sus negocios.
Los habitantes no quieren sentir miedo al salir a la calle, o que lleguen las bandas de robachicos y se lleven a menores de edad.
Si bien hay 23 presidentes municipales electos quienes le entraron a la estrategia de contratar a personal de la Marina para asumir cargos en Seguridad Pública, el resto no lo hizo.
En lugar de los bailes y las comilonas, los ediles entrantes deberían invertir en tapar baches en calles abandonadas desde hace unas semanas por los alcaldes que van de salida.
Esos presidentes que se van molestos, en especial aquellos que buscaron la reelección y no lo lograron o que sus partidos no retuvieron el poder, por el voto de castigo de los ciudadanos.
A estos alcaldes que se van esperemos que pronto sean revisadas sus cuentas públicas en el Congreso del Estado y la Auditoría Superior del Estado.
Porque hay quienes no dejaron dinero ni para gasolina de las patrullas, ni para lápices ni hojas. En otros municipios pronto comenzarán los problemas de recolección de basura porque se acabarán los contratos con empresas.
Por todo eso no debería haber fiestas de inicio de gobierno, porque termina en un derroche de recursos. Aunque varios alcaldes lo hacen porque aplican la vieja política de que “al pueblo: pan y circo”.