Puebla es, sin duda, una de las entidades federativas más importantes del país tanto en ubicación como económica y políticamente, no en vano el hecho de que aquí se desarrollara la primera Asamblea Informativa de Morena, el viernes pasado, encabezada por la presidenta del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Luisa María Alcalde.
La dirigente nacional de Morena presentó las acciones que pondrá en marcha en la nueva etapa del partido político, entre las que destacan una campaña de afiliación masiva, renovación de comités seccionales y vigilancia permanente a los gobernantes emanados del movimiento.
Y es que Morena en Puebla tiene 132 alcaldías a su favor, es decir, más de la mitad del estado pintado de color guinda, por lo que el mensaje es claro, Puebla es importante para Morena y para la presidenta Claudia Sheinbaum.
Ahora, resaltemos lo bueno y lo malo de esta primera asamblea:
- Lo bueno: el gobernador electo Alejandro Armenta le apostará al trabajo coordinado con unidad e inclusión, firmando el decálogo para autoridades y recibiendo el cuadernillo con los 100 postulados, por lo que hasta ahí existe la buena voluntad de que Morena en Puebla siga en ascenso y con la colaboración de todos, empezando por el gobernador.
- Lo malo: hubo abucheos en las intervenciones de el senador Ignacio Mier Velazco; la dirigente local, Olga Lucía Romero Garci-Crespo; el presidente del Consejo Estatal, Andrés Villegas Mendoza (al que incluso exigieron que bajara del escenario); el secretario de Finanzas, Jorge Mota, y también para el finado exgobernador Miguel Barbosa Huerta.
Es así como el choque entre la militancia del partido obradorista en Puebla se empieza a notar, por lo que más allá de preocuparse por los abucheos, tendrían que hacerlo por la reestructura del partido en la entidad.
Luisa María Alcalde no mencionó las posibles opciones para los nombramientos futuros, pero de acuerdo con los estatutos de Morena, una alternativa es la designación de un delegado en funciones de dirigente, por parte de la dirigencia nacional del partido, o bien, convocar al consejo que los eligió para hacer una nueva elección del encargo correspondiente.
Independientemente del método para la elección, la realidad es que al igual que a nivel nacional, en Puebla el grupo político morenista está dividido, y cómo no estarlo, si desde los tiempos del difunto gobernador Miguel Barbosa ya se manejaban los intereses personales sobre los laborales, como fue el caso de sus operadores Jorge Mota y Erick Cotoñeto, que anteponían cualquier cosa para su beneficio y, por lo visto, eso a otros militantes no se les olvida.
Es por esta razón que el oportunismo ya no les funcionará a algunos como anteriormente lo hacían, así que los advenedizos tendrán que ponerse a limar asperezas, ya que las rupturas políticas en Morena podrían afectar los intereses del propio partido después de unas elecciones arrasadoras en las que, hoy menos que nunca, no se pueden dar el lujo de retroceder, aunque eso implique desconocer a unos cuantos…