El relevo en el gobierno y en la administración pública del estado de Puebla implica, sin duda, un cambio generacional y el impulso de una nueva clase política encabezada por el gobernador electo Alejandro Armenta Mier.
Un momento en la vida de los poblanos que pone fin a años de incertidumbre, a momentos de zozobra generados por la intempestiva muerte de dos gobernadores y la designación de otros más.
Porque Puebla empezó a lograr estabilidad hasta hace apenas un par de años, desde que Sergio Salomón Céspedes Peregrina asumió el cargo de gobernador en sustitución de Luis Miguel Barbosa Huerta.
Fue hasta ese momento que los poblanos empezaron a ver la luz al final del túnel, toda vez que anteriormente en la entidad se gobernó con rencor, con odio y con sed de venganza.
Contrario a lo que todo mundo pensó, Sergio Salomón Céspedes llegó a apaciguar los ánimos, a reconciliar a los poblanos, a meter paz y a implementar un gobierno presente que empezó ya a servir a la gente.
Hoy por hoy, esa es justamente la intención del gobernador electo Alejandro Armenta, quien representa el cambio generacional que requiere Puebla en materia política, porque él no es resultado de un experimento sino de un verdadero proyecto de gobierno iniciado hace 34 años.
Es decir, el próximo gobierno es la consolidación de un modelo impulsado desde las entrañas de la sociedad, salido de la gente, trabajado conforme a las necesidades de los poblanos.
A eso se refirió ayer el gobernador Armenta durante las distintas ceremonias en las que se colocó el Bando Solemne en la sede de los tres poderes del estado, con el que se convierte oficialmente en mandatario electo y en los que hizo hincapié a la política que privilegiará en su administración, la de utilizar el poder para servir a la gente y no para servirse personalmente.
Y es que antes, habrá que subrayarlo, el poder no necesariamente se utilizó para beneficiar a Puebla y a los poblanos, sino más bien para servir a intereses personales, contrarios a los postulados de la 4T.
Alejandro Armenta representa a un nuevo grupo político, una generación formada de manera profesional, en la que el dinero no es lo más importante, con experiencia, con la firme intención de cambiar a Puebla para beneficio de los ciudadanos.
Es el gobernador más votado de la historia de Puebla, quien logró una meta que parecía casi imposible de más de 2 millones de votos y quien logró, a pesar de todas las adversidades, imponerse a un grupo que pensó que por antigüedad debería asumir el poder en el estado.
A pesar de ello, el gobernador Armenta está firme en impulsar un gobierno basado en las necesidades del estado, de la gente, del medio ambiente, de los seres sintientes, de la misma clase política, por ello el eslogan de “Por Amor a Puebla”.
Vale la pena destacar las palabras del mandatario electo cuando dijo: “me quedo con una frase que recoge la filosofía del poder y recoge el concepto pleno de la bioética social, el poder, ‘el poder solo se vuelve virtud cuando se pone al servicio de los demás, cuando el poder sirve para ti, para atropellar derechos, se convierte en tiranía’, ese poder que ha honrado el presidente Andrés Manuel y que yo estoy seguro que de la mano de la doctora Claudia Sheinbaum lo vamos a refrendar todos los días”.
Queda claro que en el próximo gobierno del estado en Puebla lo más importante será la sociedad, la gente, sus necesidades básicas y más urgentes.
Esa es la consigna en el nuevo gobierno armentista, por lo que atrás quedaron las divisiones y los poblanos de primera, de segunda y de tercera, como los catalogaron otros gobernadores.
No más gobiernos elitistas, ni mucho menos persecución, odio y rencor como se dio desde 2018 en Puebla.
Ya es una realidad el surgimiento de una nueva clase política con la llegada al poder de Alejandro Armenta, quien está convencido de consolidar su proyecto de gobierno por el gran amor que le tiene a Puebla.
Y, justamente, así deberán trabajar todos sus colaboradores en su gobierno, porque, de lo contrario, no podrán transitar ni permanecer en el cambio generacional que, evidentemente, le conviene a Puebla y a todos los ciudadanos.
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