Dicen los que saben que el Centro de Puebla ha sido escenario de numerosas manifestaciones organizadas por comerciantes informales que, con pancartas en mano y consignas claras, exigen respeto y reconocimiento de su derecho al trabajo.
Bajo el lema “No somos delincuentes”, estos vendedores ambulantes han dejado claro que no caerán en provocaciones, a pesar de los operativos que buscan impedirles instalarse en las calles.
La realidad es que los comerciantes informales constituyen una parte esencial del tejido económico de muchas ciudades en México.
Y en Puebla se han vuelto para algunos un mal necesario, principalmente cuando el dinero no alcanza, mientras que para otros se han tornado una molestia porque perjudican al comercio formal.
No hay que olvidar que, para muchos de estos trabajadores, vender en la vía pública no es una elección sino una necesidad impuesta por la falta de oportunidades en el mercado laboral formal.
Dicen los que saben que los comerciantes informales de Puebla han alzado su voz, reclamando un espacio que deberá analizar el gobierno municipal.
Principalmente el secretario de Gobernación municipal, Jorge Cruz Lepe, quien tiene dos importantes tareas con ellos, mantenerlos a límite y poder cerrar la administración en buenos términos. ¿O no?
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En memoria de dos grandes amigos
Este día me enteré con profunda tristeza del fallecimiento de dos grandes amigos.
Jesús Pacheco, una gran persona que conocí durante la maestría, con quien compartí buenos momentos y proyectos.
Jesús fue un apasionado de la política y tal fue su gusto que fue candidato a la Presidencia Municipal de Tepeaca por Movimiento Ciudadano en la pasada elección.
Mi estimado “Chucho” siempre será recordado por su carisma y su entusiasmo.
De igual forma, me enteré del fallecimiento del periodista Felipe Flores Núñez, maestro para muchos y un gran amigo para otros.
A Felipe tuve la oportunidad de conocerlo en diferentes áreas de comunicación, un profesional en toda la palabra y quien entendía la importancia de tener una buena relación con la prensa, lo que a algunos aún les falta y deberían aprender.
Por supuesto, no hay palabras que puedan aliviar el dolor a sus familiares y amigos, pero desde este espacio les envío un fuerte abrazo, y estoy seguro que siempre serán bien recordados. Que en paz descansen Jesús y Felipe.
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