Quien consintió desde el Instituto Estatal Electoral y/o de Morena el supuesto traspaso de 27 mil 750 votos de este instituto política al Partido Fuerza por México (FxM) para impedir que perdiera su registro local, lo único que provocó fue darle un “tanque de oxígeno” a la oposición para tener una bandera de lucha, luego de que la apabullante derrota que el frente del PRI y el PAN sufrió en los comicios del 2 de junio le había dejado en una parálisis política.
El problema no es menor y tendría que preocupar a la cúpula de la 4T, ya que este asunto abre la remota posibilidad jurídica de que la oposición inicie un litigio para pedir la nulidad de la elección en la capital.
Se antoja poco probable que eso pueda ocurrir, toda vez que el candidato de Morena a alcalde de la ciudad de Puebla, José Chedraui Budib, ganó por una diferencia de 121 mil votos frente al aspirante del frente PAN, PRI y PRD, Mario Riestra Piña, por lo que el escándalo del traspaso de los 27 mil sufragios a FxM no altera la enorme ventaja del abanderado morenista.
No obstante, es importante atender lo que dice la fracción 1, del artículo 378, del Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, que señala:
“Una elección será nula, cuando: se declare nula la votación recibida en las casillas en por lo menos el 20 por ciento de las secciones electorales de un municipio, de un distritito o del estado, según de la elección de que se trate”.
Esto lleva al reto para la oposición de iniciar un litigio electoral que demuestre que si hubo un mal manejo de los votos emitidos el 2 de junio y que los 27 mil sufragios que le quitaron a Morena para dárselos a FxM, se hayan emitido en más del 20 por ciento de las casillas instaladas el día de los comicios.
Ah trascendido que el equipo jurídico del PAN estaría ya explorando esa posibilidad, que consistiría en argumentar que entre las casillas afectadas por la indebida resta de sufragios a Morena y en las que hubo funcionarios de casillas cuyos nombres no aparecían en los listados oficiales, se puede alcanzar el porcentaje mínimo de puestos de votación –que marca el artículo 378 del ordenamiento en la materia– con supuestas anomalías que amerita la nulidad del resultado final de la contienda.
Se antoja poco probable que la oposición pueda lograr ese propósito, ya que por lo general los tribunales solo anulan resultados cuando es muy cerrada la votación entre el primero y el segundo lugar de la elección, lo que no ocurre en el caso de la capital.
Pero al mismo tiempo, es importante recordar que el Poder Judicial federal está en “pie de guerra” contra la 4T por la próxima reforma judicial, por lo que no sería raro que surgiera la tentación de utilizar el asunto de Puebla para crear una revancha contra el Partido de Regeneración Nacional.
Morena ya argumentó que todo se trató de “un error” de captura de datos y que nunca hubo dolo en el mal manejo de los votos en la capital.
Ante este argumento, le mejor solución para la 4T es que se corrija el cómputo final de la contienda en la capital y se permita la desaparición de FxM, un partido que en sus dos participaciones electorales ha demostrado no tener la capacidad de ganar las simpatías ciudadanas.
Es difícil de creer en ese argumento que esgrime Morena. Pareciera que en realidad alguien desde el IEE o de la 4T quiso lanzarle “un salvavidas” a FxM, el partido que creó el oscuro empresario Pedro Haces y el fallecido político morenovallista, Gerardo Islas Maldonado. Sin embargo, desde e punto de vista de la argumentación jurídica puede proceder la versión de que todo se trató de “un malentendido”.