El pasado domingo 21 de julio, el planeta experimentó el día más caluroso de su historia moderna, con una temperatura promedio mundial de 17.09 grados Celsius (62.76 °F).
Este récord supera por 0.01 °C (0.02 °F) al anterior, establecido el 6 de julio de 2023, según datos preliminares de la agencia climática europea Copernicus. Este notable incremento de temperatura es una clara señal del impacto del cambio climático causado por actividades humanas.
El director de Copernicus, Carlo Buontempo, destacó en un comunicado la preocupante tendencia de aumento de temperaturas:
“Nos encontramos en un territorio verdaderamente inexplorado y, a medida que el clima sigue calentándose, es probable que veamos que se rompan nuevos récords en los próximos meses y años”, afirmó.
El aumento de las temperaturas no solo afectó a la Antártida, donde se registró un invierno más cálido de lo usual, sino también a otras regiones del mundo. En California, las altas temperaturas complicaron más de una veintena de incendios, mientras Europa enfrenta una letal ola de calor.
Zeke Hausfather, climatólogo de Berkeley Earth, señaló que hay un 92% de probabilidades de que 2024 supere a 2023 como el año más caluroso registrado hasta ahora. “Sin duda es una señal preocupante que se haya impuesto un récord durante 13 meses consecutivos”, dijo Hausfather.
Los registros de Copernicus se remontan a 1940, pero otros datos globales recopilados por gobiernos de Estados Unidos y el Reino Unido se extienden hasta 1880. Tomando en cuenta estos datos, junto con los anillos de los árboles y los núcleos de hielo, muchos científicos concluyen que los recientes máximos de temperatura son los más altos en unos 120 mil años.
El cambio climático, impulsado por la quema de combustibles fósiles y la agricultura intensiva, es el principal responsable de estos aumentos de temperatura. Otros factores, como el fenómeno de El Niño y la reducción de la contaminación marina, también contribuyen, aunque en menor medida.
Victor Gensini, climatólogo de la Universidad del Norte de Illinois, enfatizó que los niveles de calor alcanzados recientemente son una clara huella del cambio climático.
“Lo que realmente llama la atención es cómo los últimos años han sido mucho más cálidos que los niveles anteriores”, dijo Gensini.
Andrew Dessler, climatólogo de la Universidad A&M de Texas, concluyó que “el calentamiento continuará mientras sigamos liberando gases de efecto invernadero en la atmósfera, y hoy disponemos de la tecnología necesaria para dejar de hacerlo en gran medida. Lo que nos falta es voluntad política”.
Con información de Proceso.