El médico Alejandro Barroso Chávez luego de ganar las elecciones del 2 de junio, desapareció la escena pública de Tehuacán, por lo que poco o nada se sabe de la forma en que el candidato de Morena estaría construyendo el próximo gobierno municipal de la segunda demarcación más importante del estado. Lo que advierte desde ahora una conducta complicada, difícil, de quien será el siguiente alcalde de la ciudad. El político morenista desde la campaña electoral demostró que no le gusta informar y mucho menos los medios de comunicación.
En general en Tehuacán se ha generado un importante vacío de poder, de las autoridades, en el periodo posterior a las votaciones de hace siete semanas.
Una vez que se pasaron los comicios, el alcalde saliente Pedro Tepole Hernández dejó de tener interés de informar sobre el cierre de su gestión y sobre todo, de tener actividades públicas y mantener contacto con la población.
Pareciera que “ya tiró la toalla” y muestra nulo interés de lograr un buen cierre de su administración, como una expresión de desencanto de haber perdido el intento de reelegirse.
Desde el 2 de junio a la fecha, Tepole solamente ha tenido dos apariciones públicas, en las que intentó siempre evadir cualquier acercamiento con la prensa y con la población en general.
Una de esas ocasiones fue como un acto “obligado” por la visita del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina, que el pasado 25 de junio acudió a Tehuacán a inaugurar las nuevas instalaciones del Tribunal de Justicia Laboral.
Ese día el mandatario –tal como ya se narró en este espacio—sentó en el mismo evento al alcalde saliente, Pedro Tepole, y al edil entrante, Alejandro Barroso Chávez, como una manera de conciliar de que se de un proceso de entrega-recepción del ayuntamiento de Tehuacán con la debida civilidad y buscando, contener el ambiente de rispidez que hay entre los dos políticos tehuacanenses.
Dicha relación conflictiva es resultado de la peculiaridad de que, en el reciente proceso electoral, los dos fueron candidatos de la 4T. Tepole fue postulado por el PVEM y Nueva Alianza, mientras que Barroso por Morena y el PT.
Si mucho se cuestiona el comportamiento de Pedro Tepole, más llama la atención la conducta de Alejandro Barroso, quien posterior a las votaciones solamente ha tenido una aparición pública, la que se vio “obligado” a acudir por haber sido convocado por el gobernador.
Barroso fuera de dar una breve declaración de que ya se estaba seleccionando a los encargados de recibir la administración municipal, no ha informado nada relacionado con sus planes de gobierno, la manera en que está conformando su gabinete o que abordará los problemas más complejos de Tehuacán, como son los de la seguridad pública, el funcionamiento de los servicios del ayuntamiento y la limpieza de la ciudad, que en los tres últimos años estuvieron en crisis.
Es cierto que un alcalde electo no tiene la obligación “de dar la cara” hasta que asuma oficialmente el cargo. Sin embargo, en Tehuacán ha habido una tradición de que los ganadores de las contiendas electorales van informando de manera paulatina como van construyendo sus próximos gobiernos.
Esta es la primera vez que eso no ocurre. Que el triunfador de las votaciones “se borra” de los espacios de opinión pública.
No es una conducta de cautela o de inexperiencia en la responsabilidad de ser el próximo alcalde, sino es parte de una forma de ser de Alejandro Barroso, una situación que debería empezar a generar preocupación en Tehuacán, que consiste en que: no le gusta hablar ante los medios de comunicación.
Tres datos que lo pintan de “cuerpo entero”: las dos últimas semanas de las campañas electorales, suspendió recorridos por el territorio municipal. Se concentró solamente en sus oficinas. Al contrario de lo que pasa con los candidatos en todas partes de México, que en ese periodo de cierre de las actividades proselitistas buscan aparecer en todos lados, hasta “en la sopa” de los electores.
Un segundo dato: el principal grupo radiofónico en Tehuacán ha acostumbrado en cada proceso electoral proporcionar un espacio gratuito a los candidatos a alcaldes para que difundan sus propuestas electorales. Por primera vez hubo un aspirante que no quiso utilizar esa posibilidad y ese fue: Alejandro Barroso.
Y por último: esa conducta no es reflejo de que el candidato de Morena tuviera alguna diferencia con ese grupo radiofónico, sino en general a lo largo de la contienda fue el único aspirante que no concedió entrevistas y nunca tuvo una sola rueda de prensa.
Incluso se sabe que, de manera informal, el equipo de Barroso había pactado con algunos medios de comunicación locales tener espacios de difusión de las propuestas de campaña del abanderado morenista y que el candidato nunca los quiso utilizar.
Visto de otra manera, Barroso no ganó las elecciones por el poder de la marca Morena y el desgaste que sufrió Tepole como alcalde. No por la popularidad del aspirante de la 4T.