En un esfuerzo por evitar que la Agrupación Nacional (RN) logre la mayoría absoluta en las elecciones francesas, más de 200 candidatos han decidido retirarse estratégicamente de la segunda vuelta electoral. Esta decisión se tomó principalmente entre candidatos de Juntos por la República, la alianza de centro-derecha del presidente Emmanuel Macron, y del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierda.
El objetivo principal de estas renuncias es reducir la competencia electoral a un solo rival contra los candidatos ultraderechistas en cada circunscripción. Esta estrategia pretende evitar que el RN, que obtuvo un significativo 33.15% de los votos en la primera vuelta, consiga la mayoría absoluta de 289 diputados en la segunda vuelta.
El plazo para formalizar las candidaturas cerró con un total de 218 renuncias, lo que significa que ahora solo hay 91 competiciones con tres candidatos y dos más con cuatro candidatos, en comparación con las 502 circunscripciones originales. La mayoría de las renuncias provienen de candidatos de izquierda, seguidos por los del campo macronista y algunos de la derecha tradicional.
Esta decisión ha generado intensas conversaciones y algunos reproches dentro de los partidos políticos, especialmente entre las figuras más destacadas del macronismo, como Édouard Philippe y Bruno Le Maire, quienes inicialmente mostraron resistencia a facilitar la victoria de candidatos de La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon.
El impacto de estas renuncias será crucial en definir el panorama político de Francia en la segunda vuelta electoral, donde la consolidación del voto anti-ultraderechista podría determinar el equilibrio de poder en la Asamblea Nacional francesa.