No importó la lluvia, el frío o el viento; la calidez de toda una comunidad se dio cita en un evento que marcó corazones, puso a prueba las determinaciones y unió comunidades para celebrar los 40 años de la IBERO Puebla. El poder de la 1a Carrera Atlética movió a personas de todas edades y lugares desde las primeras horas del domingo 23 de junio.
Más de 1,250 almas entusiastas puso sus límites a prueba en las distancias de 3, 5 y 10 km. Para muchos, fue su primera vez disfrutando un recorrido atlético en las calles de suelen transitar a pie o en coche. Para otros, fue su manera de celebrar y seguir rompiendo sus marcas personales.
El Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la IBERO Puebla, agradeció fraternalmente la convicción y compañía de la comunidad poblana que se dio cita para celebrar cuatro décadas de historia. “Esa es la IBERO Puebla en el entorno; es la universidad que convoca a la diversidad y el deporte”, que es fundamental en el modelo educativo de la institución.
Cada participante de esta primera Carrera Atlética fue un ejemplo de los valores y convicciones por los que la Institución apuesta. Como Dana Vega, triatleta y egresada de la IBERO Puebla, que se llevó el primer lugar en la categoría femenil de 10 km para la comunidad, poniendo en alto el espíritu de su alma máter.
O Anette López, estudiante de la Licenciatura en Diseño Industrial y el primer lugar en la categoría de 5 km femenil. “Todavía no me la creo”, celebró la integrante del equipo representativo de atletismo de la Universidad Jesuita, cuando entre aplausos y vítores se enteró de que fue la primera mujer en cruzar la meta después de una ruta de esfuerzo y dedicación.
Víctor Álvaro, ganador de la rama varonil externos en 10 km, y José Ángel Pérez, primer lugar en 5 km para la comunidad, celebraron sus logros agradeciendo a quienes les han apoyado para seguir creciendo en su deporte y su vida, y también, reconociendo a la IBERO Puebla por abrir espacios de fomento al deporte y comunidad.
Esa construcción de redes y abrazos fraternales se vio en las familias y duplas que participaron: la familia Ugarte Castro llegó a la meta entre abrazos y ánimos. “Estamos orgullosos de ellos”, dijo la mamá de los más pequeños de la familia, que atravesaron 5 km con tenacidad y decisión.
Gerardo Sánchez acompañó en su primera carrera a su hijo, quien, con tan solo 12 años, “no se esperaba” poder participar en una distancia atlética y tener un momento de conexión y ejemplo con su padre, quien se dijo orgulloso de ver que, a pesar de su edad, no solo pone aprueba sus límites, sino que los rebasa.
Irma acompañó como corredora guía a Hanna Camila, quien es una persona con discapacidad visual. Ambas recorrieron, en equipo y total coordinación, la distancia de 5km en la rama femenil para externos, llegando a la meta entre los primeros lugares. “Estuve un poco incómoda por la lluvia y el frío, pero estuvo increíble”, aseguró Hanna.
Y es que no hubo límites para nadie. Mario Sandoval celebró junto con la IBERO Puebla sus 70 años de vida; entre lágrimas, y después de una caída de la que se levantó exitoso y más fuerte, se dijo agradecido de poder correr una vez más, esta vez en la Casa de Estudios.
Por supuesto, las emociones estuvieron a flor de piel: Irma Barbosa cargó a sus espaldas un cartel con la leyenda “¡Buen viaje!” dirigido a su hija menor. “Ella en mi primera carrera fue mi rabbit y siempre me echó porras. Siempre con alegría y fortaleza que aprendí de ella”. Dijo entre lágrimas, y después de llegar a la meta a abrazar a su hija. “Nunca me dejó, nunca me soltó y se me va”.
Así, la primera edición de este magno evento deportivo no solo celebró 40 años de historia en la IBERO Puebla; también encuentros, metas cumplidas, familias reunidas y una comunidad fortalecida por el espíritu humano y fraternal de la casa de los Gansos IBERO.