En un trágico evento que subraya la creciente ola de criminalidad en Ecuador, un ataque armado en una cancha deportiva dejó siete muertos en el municipio de Ventanas, provincia de Los Ríos. El incidente, ocurrido a plena luz del día, ha conmocionado a la comunidad local y ha resaltado la violencia que persiste en el país.
El ataque tuvo lugar en el sector Rincón de Cura, donde desconocidos abrieron fuego contra un grupo de personas que se encontraban en una cancha de fútbol. Según reportes de la televisión local Ecuavisa, cinco personas murieron en el lugar del atentado y otras dos fallecieron posteriormente en el hospital. Videos que circulan en redes sociales muestran escenas desgarradoras, con cuerpos tendidos en el suelo y gritos de desesperación en el entorno.
La provincia de Los Ríos, al igual que otras cuatro provincias ecuatorianas, está bajo un estado de excepción. Esta medida fue implementada por el gobierno como respuesta a los altos niveles de inseguridad que afectan a varias regiones del país. Sin embargo, los recientes eventos indican que los esfuerzos por controlar la criminalidad no han sido suficientes.
Este ataque no es un caso aislado. En los últimos meses, Ecuador ha experimentado un aumento significativo en los índices de violencia. La espiral de violencia se intensificó en enero, cuando el gobierno lanzó un plan de seguridad para recuperar el control de las prisiones, muchas de las cuales están dominadas por grupos delincuenciales.
Desde 2020, más de 450 presos han sido asesinados en una serie de masacres carcelarias, reflejando la brutalidad de las rivalidades entre estos grupos.
La violencia en las cárceles ha trascendido los muros penitenciarios y se ha trasladado a las calles, convirtiendo a Ecuador en uno de los países más violentos de la región. En 2023, el país registró una tasa de 45 homicidios intencionales por cada 100,000 habitantes, una cifra alarmante que destaca la gravedad de la situación.
Las autoridades están bajo presión para implementar medidas más efectivas que puedan frenar la violencia y proteger a los ciudadanos. Mientras tanto, la población sigue viviendo con miedo, esperando que la paz y la seguridad sean restauradas en sus comunidades.
La comunidad internacional observa con preocupación la situación en Ecuador, instando a acciones decisivas para combatir la criminalidad y restaurar el orden en el país.