Llegó la hora cero.
El “Día D”.
La Madre de Todas las Batallas.
El último capítulo de la cruenta guerra por el poder en Puebla.
Atrás quedaron las campañas.
Los atentados -los reales y los ficticios-.
Las Tanias “N” y las candidaturas relacionadas con el crimen organizado.
Los montajes.
Las amenazas -las ficticias y las reales-.
Los intentos -desesperados- por judicializar el proceso.
Las traiciones.
Las simulaciones.
Las delaciones.
Los brazos caídos.
Los golpes bajos.
Las patadas voladoras.
Los piquetes de ojos.
Los acarreados.
Las bombas molotov.
Las propuestas -algunas más viables que otras-.
La guerra sucia (¿qué guerra no es sucia?).
Las bolas de lodo.
Los rumores.
Los trascendidos.
Las difamaciones.
Las verdades verdaderas.
Las mentiras completas.
La feria de encuestas.
El debate -y el segundo (fallido) debate-.
La danza de millones y millones y millones de pesos.
Los voceros.
Los voz-ceros.
Los memes.
Los mítines.
Los fuegos de artificio.
Las pantomimas.
Las óperas bufas.
Las cargadas.
El ataque de los búfalos.
La calma y su prima hermana: la tensa calma.
Las ambiciones desmedidas.
Las obsesiones limitadas.
El humo.
La furia.
La rabia.
Los cierres de campañas.
Las campañas…
Eso, todo eso -y más-, ya quedó atrás.
Conozco a especialistas que están convencidos de que nada de lo que se hace y dice, y nada de lo que se deja de hacer y decir, en las campañas, vale nada, si el día de la elección no se opera como debe operarse.
En otras palabras: el ruido, la lluvia y el fuego, no valen nada si el candidato o la candidata no saca a votar a sus votantes.
Todo lo demás, es silencio.
Es fracaso.
Este 2 de junio, las poblanas y los poblanos definirán el destino del estado.
Lo cual no es poca cosa.
Y como cada elección, habrá triunfadores y vencidos.
Ilusionados y desilusionados.
Víctimas y victimarios.
Engañados y desengañados.
Buenos perdedores y malos ganadores.
De la jornada dominical surgirá un nuevo gobernador, nuevos 217 presidentes municipales y un nuevo poder Legislativo.
Se terminará de moldear el mapa político de Puebla.
Se cumplirá, una vez más, el ciclo.
El ciclo del poder.
Todos y todas a votar.
Que hablen las urnas.
Nadie más.