Se teme que unas 2.000 personas hayan quedado sepultadas por un deslizamiento de tierra ocurrido en Papúa Nueva Guinea la semana pasada, según informes del Centro Nacional de Desastres del país. El desastre se produjo en la región montañosa de Enga, en el norte del país, y las estimaciones actuales representan un aumento significativo con respecto a las cifras anteriores.
Inicialmente, la ONUE indicó que alrededor de 100 personas podrían haber perdido la vida en el deslizamiento. Sin embargo, revisiones posteriores elevaron esa cifra a 670, según el Jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en Papúa Nueva Guinea. Aun así, la última proyección del Centro Nacional de Desastres sugiere que este número podría ser considerablemente mayor.
Lusete Laso Mana, directora interina del Centro Nacional de Desastres, señaló en una carta a la ONU que el deslizamiento de tierra sepultó a más de 2.000 personas y causó una destrucción masiva en edificios y huertos, teniendo un impacto significativo en la economía del país.
La situación sigue siendo inestable, con el deslizamiento de tierra moviéndose lentamente y representando un peligro constante para los equipos de rescate y los supervivientes.
El acceso a la zona afectada se ha visto gravemente obstaculizado por la obstrucción completa de la carretera principal. Las autoridades advierten sobre la necesidad de una acción inmediata y colaborativa para hacer frente a los extensos daños y los desafíos continuos en la remota región de Enga.