Antorcha Campesina (AC) le apostó a controlar a sus dos principales rivales políticos, el PAN y Morena, como una manera de no perder el dominio del ayuntamiento de Santa Clara Ocoyucan, el municipio con el más alto valor inmobiliario en el estado. Lo que no previó y le tomó por sorpresa, es que surgió una tercera opción electoral que si ha puesto en riesgo su permanencia en el poder local.
Se trata del Partido Movimiento Ciudadano (PMC) y su candidato a edil, Rafael Reynoso Mora, quien en el primer mes de campaña ha logrado tener una fuerte presencia en las dos zonas claves de la demarcación: las juntas auxiliares y Lomas de Angelópolis, que es donde viven la mayoría de los electores.
Esa situación ha prendido “los focos rojos” en Antorcha Campesina, que ha echado a andar dos medidas desesperadas para intentar frenar a su más fuerte y real oposición.
Primero: se está haciendo un esfuerzo extraordinario para intentar convencer, conminar, a los presidentes de las mesas directivas de los poco más de los 150 llamados clústeres de Lomas de Angelópolis –que son las divisiones entre fraccionamientos—para que no permitan la entrada del candidato del PMC.
Los clústeres son zonas privadas y un candidato, o las brigadas de un partido político, únicamente pueden entrar si hay una autorización expresa de cada una de las mesas directivas de los habitantes de esas divisiones urbanas.
Ahora, lo que estaría haciendo AC es aprovechar la relación que hay entre la autoridad municipal –encabezada por el edil antorchista Rosendo Márquez Sánchez—con los representantes de los clústeres por el tema de los servicios públicos, para buscar convencer a los líderes de los colonos de que no es conveniente recibir a ningún candidato, bajo el pretexto de “no crear conflictos políticos”.
Segundo: el gobierno de Santa Clara Ocoyucan ha desplegado unas 50 bardas en la cabecera del municipio y algunas juntas auxiliares, en donde se enlista los trabajos de obra pública del gobierno local, pero utilizando los logotipos y colores emblemáticos de Antorcha Campesina.
La acción viola la veda electoral que prohíbe, en los dos meses de campañas, la promoción oficial de los gobiernos. Pero, sobre todo, pareciera que se quiere vincular “los logros” del ayuntamiento con la candidatura de Aristóteles Campos Flores, quien es el aspirante a alcalde que postularon de manera conjunta el PAN y Antorcha Campesina.
Esa propaganda intenta mandar el mensaje subliminal de que si no gana Antorcha Campesina el gobierno local, por enésima vez, se van a perder beneficios sociales.
Los dos flancos frágiles
El par de riesgos que, hasta hace unos meses observaba AC en torno a Santa Clara Ocoyucan, es que las dos últimas elecciones locales ya le han costado mucho esfuerzo sacar adelante sus triunfos electorales. Queda claro que hay un fuerte desgaste de poder y muchos pobladores, principalmente de las juntas auxiliares, ya no quieren votar por los candidatos antorchitas.
Sobre todo, porque la población oriunda del municipio vive en condiciones de extrema pobreza y no ve un cambio con los gobiernos antorchistas que dicen estar al servicio de los sectores populares de la población.
Además, surge el contraste de las formas atrasadas de desarrollo urbano de los pueblos originarios con las áreas residenciales de Lomas de Angelópolis, a donde se ha dirigido el grueso de la inversión pública.
El otro riesgo es que AC no es aceptada, no es una organización bien vista, entre las familias de clase media alta de Lomas de Angelópolis, que es una zona de mil 100 hectáreas y donde viven casi 100 mil personas, que habitan más de 24 mil 500 viviendas.
El rechazo a AC es una combinación de clasismo, entre muchos residentes de Lomas de Angelópolis, y de rechazo a sus métodos violentos de hacer política, una condición que observan los colonos más informados.
Frente a esa compleja condición para AC, la organización echo a andar sus estrategias –que ya se han narrado en este espacio—para no perder las elecciones del 2 de junio, que son: hacer una alianza con el PAN, para que el partido de la derecha oriente una parte importante de la votación de Lomas de Angelópolis hacia la candidatura de Aristóteles Campos Flores.
Y la segunda, fue “plantar” a antorchistas en la planilla de Morena de candidatos a regidores. Esta medida fue importante porque el 77 por ciento de la población tradicional del municipio –de acuerdo con una encuesta que una empresa inmobiliaria levantó en la demarcación—aprueba la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador.
En resumen: Antorcha Campesina creyó que ya había controlado el voto de Lomas de Angelópolis, con su alianza con el PAN, y el sufragio popular, con la infiltración a Morena.
Lo que no previó es que el empresario, consultor y ex secretario de Medio Ambiente, Rafael Reynoso Mora, iba a ser postulado por el PMC.
Y que Reynoso es colono de Lomas de Angelópolis, lo que le da una fuerte presencia entre muchos habitantes de los clústeres de esa área urbana.
Pero, además, en el primer mes de campaña ha desplegado una fuerte presencia en las juntas auxiliares del municipio. En donde se concentra la población que está desconcertada con los gobiernos de Antorcha Campesina.
Sin contar, que ha difundido un fuerte mensaje que dice: “Yo no soy de Tecomatlán”, en alusión a que en Santa Clara Ocoyucan mandan los antorchistas que son oriundos de ese municipio de la Mixteca poblana, que es donde nació AC y de ahí salen todos sus dirigentes.