Las tensiones entre los gobiernos de Chile y Venezuela alcanzaron un nuevo nivel debido al “Tren de Aragua”, una organización criminal supuestamente nacida en la prisión de Tocorón, en Caracas. Mientras el canciller venezolano, Yvan Gil, califica al grupo como una ficción, las autoridades chilenas lo ven como una amenaza real.
La controversia comenzó cuando Gil, en una reunión en Cúcuta, Colombia, negó la existencia del “Tren de Aragua”. Esta declaración provocó la indignación de la ministra del Interior chilena, Carolina Tohá, quien la consideró un insulto al pueblo chileno y a Latinoamérica en su conjunto.
El presidente chileno, Gabriel Boric, reaccionó anunciando la “llamada a consultas” del embajador chileno en Caracas, enfatizando la gravedad del tema. Boric subrayó la importancia de abordar eficazmente los problemas transnacionales del crimen organizado y la necesidad de cooperación internacional en materia de seguridad.
A pesar de las afirmaciones de Venezuela, múltiples fuentes internacionales respaldan la existencia del “Tren de Aragua”. En septiembre de 2023, el gobierno venezolano confirmó la fuga del líder de la banda, conocido como “El Niño” Guerrero. Además, el Fiscal Regional de Tarapacá identificó a más de 350 miembros de la organización operando en Chile.
Más allá de las disputas diplomáticas, la realidad del “Tren de Aragua” sigue siendo objeto de debate. Con implicaciones que van desde el crimen transnacional hasta la cooperación internacional, este diferendo destaca la complejidad de abordar el crimen organizado en la región.