Olivia Salomón es una rara avis en la política poblana.
Lejos del ruido y las vulgaridades —a las que son adictos algunos personajes—, la hoy coordinadora de Enlace Empresarial del poderoso equipo de campaña de Claudia Sheinbaum, candidata a Palacio Nacional por Morena, llegó a la actividad política por la puerta administrativa.
Eso ocurrió cuando en una primera conversación —una sola—, el gobernador Miguel Barbosa Huerta la invitó a encabezar la Secretaría de Economía.
Más adelante, luego de dar excelentes resultados, fue incorporada al equipo de aspirantes a la candidatura de Morena a la gubernatura de Puebla.
Tras días intensos, en los que entabló una productiva relación política con Claudia Sheinbaum, Olivia empezó a generar celos y envidias.
Sus adversarios no le perdonaban el brillo, la belleza, el talento, la elegancia y ese aire empresarial que lleva consigo como unas zapatillas.
Su distinción fue señalada como defecto por algunas mujeres de Morena, quienes vociferaban que no cumplía con la austeridad republicana de la 4T.
Ignoraban que su éxito empresarial —uno de los factores por los que la doctora Sheinbaum la invitó a su equipo— provenía de la cultura del esfuerzo.
En efecto: Olivia estudió en escuelas públicas, y gracias a su talento y pujanza fue conquistando un mundo hecho por hombres, para hombres.
El milagro del fraccionamiento y club de golf La Vista se debe, en buena parte, a ella, quien se incorporó, en el origen, como una modesta vendedora.
(Hoy por hoy, su nombre está asociado al éxito de ese fraccionamiento, uno de los más exclusivos de México).
Nuestro personaje, pues, empezó a organizar algunas actividades de Claudia Sheinbaum en Puebla, a la par que trabajaba en su propio proyecto político.
Una vez que llegó el 10 de noviembre —y con esa fecha, el resultado de las encuestas que favorecieron a Alejandro Armenta—, algunos actores —algunas actrices— buscaron inmediatamente otras posiciones.
(Con mucha prisa y con una brutal desesperación).
En contraste, Olivia aceptó los resultados con gran mesura, felicitó al ganador, le organizó una comida y se retiró a sus habitaciones.
Es un decir.
En realidad, respiró profundo y rechazó algunas opciones que le ofrecieron.
Como bien lo dijo en esos días, su proyecto no tenía dobleces ni ambiciones vulgares.
(Claudia Rivera, por ejemplo, buscó sin éxito la gubernatura, la segunda fórmula del Senado y la alcaldía poblana. Ufff. Será candidata a diputada federal).
Una llamada de Claudia Sheinbaum llevó a Olivia a la Ciudad de México.
Ahí conversaron y le fue ofrecida una coordinación.
Se metió de lleno, faltaba menos, en el proyecto de la doctora.
Hoy se ven los resultados.
Coordinará, con su talento y sencillez habituales, el enlace con los empresarios dentro del brutal y reducido equipo de campaña.
Los más ricos de este país la conocen.
Se ha sentado en sus mesas mediante cálidas invitaciones.
Saben de sus proyectos residenciales.
Los han aplaudido.
Se habla de tú con algunas de las fortunas más poderosas del país.
Su nombre genera respeto, ahora también en la 4T.
La de deveras, la de los auténticos fundadores.
Don Rafael Moreno Valle Sánchez, su amoroso esposo fallecido en medio de la pandemia, estaría orgulloso de ella.
Nota Bene: si hubo alguien que siempre creyó en Oli, ése fue Gerardo Tapia, Gerry, quien en cualquier mesa hablaba de sus talentos y generosidades.
Este triunfo de Oli es también un triunfo del amigo que tanto queremos y admiramos.
Grace y ese sol que no la deja. Conocí a Grace Palomares un día luminoso.
Desde entonces, cada vez que la veo sale el sol.
No es un sol cualquiera.
(Tampoco el entrañable negro sol de la melancolía).
Es un sol que la sigue a todas partes.
(Igual que a don Alfonso Reyes, nuestro miglior fabbro, lo seguía de niño el sol de Monterrey).
La he visto crecer sin perder las ilusiones.
(Muchos las perdieron en las primeras de cambio).
Algo tienen su voz, sus ojos y su risa que la hacen diferente.
Movimiento Ciudadano no la supo apreciar.
Por eso ahora aparecerá —aunque sin confirmación de por medio— como candidata de Morena y sus aliados a la diputación local del distrito 16.
Y claro que en su campaña, y en lo bueno que le viene, la seguirá, inevitablemente, ese sol que la acompaña a todos lados.