Emiliano Vázquez Bonilla hace unos días se despidió del equipo que lo ha acompañado como alcalde de Zapotitlán de Méndez y presumió, entre sus allegados, de tener una carrera política exitosa, ascendente y sobre todo impune. Había cobrado notoriedad por haber baleado la principal escuela de su municipio –con alumnos y maestros adentro— y que nadie lo había podido sancionar por ese grave episodio. Por el contrario, en la 4T lo querían “premiar” con una candidatura a legislador, luego de que dejó su militancia priista.
El alcalde se sentía seguro por una razón de peso: es protegido de Ardelio Vargas Fosado, el excomisionado del Instituto Nacional de Migración. Un personaje que ha sido severamente cuestionado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en la Sierra Norte el político priista es quien “mueve los hilos” de la 4T.
La suerte de Emiliano Vázquez Bonilla se topó con una mañanera del presidente Andrés Manuel López Obrador y ese episodio, lo ha descarrilado como posible candidato a diputado local o federal del Partido de Regeneración Nacional.
Hace dos semanas, el presidente acudió a la inauguración de la nueva planta de fabricación de materiales militares en el municipio de Oriental. Ahí una reportera lo cuestionó por la presencia de caciques en la 4T. Entre ellos mencionó a Ardelio Vargas y Emiliano Vázquez Bonilla, quien es un expolicía que ya dos veces ha sido alcalde y ha aterrorizado a la población de su comunidad con frecuentes actos violentos.
El mandatario evitó hablar de casos específicos. Solo expresó: “los caciques duran hasta que el pueblo quiere”.
Días más tarde, hicieron efecto las palabras de López Obrador pues en Morena le notificaron a Emiliano Vázquez Bonilla que quedó fuera de la posibilidad de ser candidato a diputado local o federal, por la región de Zacatlán.
Con ello, por primera vez, tuvo un tropiezo mayúsculo el controvertido edil de Zapotitlán de Méndez.
El 19 de enero de 2023, el alcalde al parecer en estado de ebriedad –según relatan los vecinos de la cabecera municipal— decidió cobrarse viejos agravios y habría disparado, en varias ocasiones, contra la principal escuela del pueblo. Mientras detonaba su arma de fuego había escenas de pánico de alumnos y maestros que estaban adentro del edificio escolar.
Hubo marchas, protestas y denuncias en su contra. Aunque la abrieron un proceso por presuntos actos de abuso de autoridad, nadie le hizo nada.
Parecía que su “estrella” se podía apagar con el fin de su gestión como alcalde de Zapotitlán. Sin embargo, se formó con otros alcaldes que dejaron el PRI y se sumaron a la 4T, entre ellos Guadalupe Vargas Vargas, la hija de Ardelio Vargas y alcaldesa con licencia de Xicotepec de Juárez.
Y esa condición le permitió volverse un “neomorenista”, situación que momentáneamente se ha frenado por la intervención del presidente de la República.
¿Por qué puede ser momentánea esa pausa en Morena? Por que la 4T en Puebla está dispuesta a recoger todo el cascajo del PRI.