Conducir un automóvil sobre la Vía Atlixcáyotl en sentido de Puebla hacia Atlixco para incorporarse al Periférico es una tarea complicada, apta solo para valientes o para quienes no tienen otra alternativa. Más difícil resulta cruzar la lateral del Periférico para girar a la izquierda con sentido a la prolongación de la 24 Sur. Ir a la derecha, con rumbo a la Universidad de las Américas, también es complejo, aunque un poco menos.
Quienes vienen sobre la lateral pisan más fuerte el acelerador para evitar que un “imprudente” que pretenda cruzar les robe un segundo de su valioso e irrecuperable tiempo. Y los que vienen detrás del primero en la fila para tratar de cruzar estallan iracundos con el claxon para obligar al de la punta a jugarse la vida, a lanzarse de frente sin reparos y casi, casi con los ojos cerrados, sin poder ver lo que se aproxima por la izquierda.
Algo parecido ocurre del otro lado.
Los conductores que circulan sobre la lateral del Periférico, en sentido de Ciudad Judicial a la 11 Sur, para incorporarse a la Vía Atlixcáyotl, sufren de manera similar.
Después del retorno a la izquierda deben sortear los bólidos que conducen sobre la lateral, ahora en sentido de la 11 Sur a Ciudad Judicial, para sobrevivir.
Los automovilistas llaman a este cruce el “paso de la muerte”, y no exageran.
En esos dos puntos del deficiente distribuidor vial son recurrentes los choques por alcance.
Por eso es relevante que el Gobierno del estado vaya a construir una nueva obra vial en ese sitio, con el fin de corregir aquello que se hizo mal o aquello que, con el paso del tiempo, se ha vuelto obsoleto y peligroso.
La zona de Angelópolis, pero principalmente el enorme desarrollo habitacional conocido como Lomas de Angelópolis, ha sido un polo de riqueza inmobiliaria que se expandió sin planeación ni ordenamiento urbano y territorial que hoy muestra sus deficiencias, con vialidades asfixiadas, las pocas que tiene, y la inexistencia de infraestructura peatonal.
Nadie hasta hoy ha puesto un alto a la voracidad del Grupo Posadas, que después de acabar con la parte que podía de San Andrés Cholula se ha metido a Santa Clara Ocoyucan.
El problema va mucho más allá de solo el “paso de la muerte”.
La Vía Atlixcáyotl es la única ruta de acceso para los fraccionamientos, las universidades y las plazas comerciales que coexisten en esa parte de la Zona Metropolitana de Puebla.
Ayudan un poco la 11 Sur, el bulevar Carmelitas y las laterales que conectan con los distritos Sonata y Cascatta de Lomas de Angelópolis, pero el gran peso del tránsito vehicular lo carga, sola, la Atlixcáyotl.
En esta vialidad son habituales los embotellamientos en horarios de 7:30 a 10:30 de la mañana, luego de 2:30 a 4 de la tarde, y por último de 7:30 a 10 de la noche. Todos los días, de lunes a viernes, invariablemente. Y no nada más por Lomas de Angelópolis. El caos abarca desde el Museo Barroco, en el cruce con el bulevar Las Torres, hasta el supermercado Chedraui Selecto, en la entrada de Lomas.
Lo que ha hecho el gobierno de Sergio Salomón Céspedes en el último mes tiene como objetivo resolver ese gran problema metropolitano, del que se desentendieron sus antecesores en el cargo y el que han ignorado los presidentes municipales de la zona, sobre todo el de San Andrés, Edmundo Tlatehui Percino, quien ha contribuido al embrollo vial con algunas malas decisiones.
Rafael Moreno Valle embelleció la zona, pero olvidó la movilidad. José Antonio Gali no se interesó en el asunto y Guillermo Pacheco no tuvo tiempo más que para garantizar la gobernabilidad del estado mientras se organizaban y realizaban nuevas elecciones. Miguel Barbosa al menos no lo empeoró, situación que, visto su gobierno, fue una ganancia.
Sin mirar al pasado ni buscar culpables, había que atender esa crisis antes que explotara.
Es poco probable, imposible pues, que el gobierno de Céspedes tenga un problema personal con los conductores de la zona que se han visto afectados por la cancelación de las vueltas a la izquierda.
No hay nada contra ellos ni se trata de lesionarlos en sus actividades cotidianas.
La meta, se ve, es resolver un conflicto mayor.
Y eso es lo que ha comenzado a hacerse.
X: @jorgerdzc