El próximo 18 de julio la Arena Puebla cumple 70 años de su inauguración, aniversario marcado por su historia y por formar parte de la cultura de la lucha libre en el país, pero también por ser parte de la vida e idiosincrasia poblana.
El mítico recinto, que se encuentra en el Barrio del Carmen, fue inaugurado por Salvador Lutteroth González, pionero y creador del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) el 18 de julio de 1953, ya que tenía la idea de crear distintos espacios para promover y difundir este deporte.
La primera lucha que alojó el recinto fue encabezada por El Santo, Cavernario Galindo y El Verdugo contra Black Shadow, Tarzán López y Enrique Llanes, todos estrellas de la lucha libre mexicana. El equipo conformado por Llanes, Tarzán y Black Shadow vencieron a los demás.
Desde hace 70 años, las figuras más importantes de la lucha libre han desfilado y pelado en su ring como lo son El Místico, Perro Aguayo, La Parka, Octagón, entre muchos otros.
En la década de 1990 el recinto cambió de administración y la familia Mar, de una importante tradición luchística, ya que en aquella época, la Arena Puebla vivía un momento de crisis porque había llegado la Triple A como competencia y el número de funciones se redujo; sin embargo, la nueva administración supo adaptarse a los cambios de tiempos.
Desde entonces, todos los lunes se realiza una función de Lucha Libre, los martes y miércoles se estructura el programa de la semana y se prepara todo para la siguiente función.
Además, de ser un recinto en el que se ofrecen espectáculos y funciones, también funciona como escuela de lucha libre, misma que cuenta con más de 20 años de experiencia, incluso, hasta el año 2007, el entrenamiento estaba a cargo del luchador Centella de Oro. Algunos de los luchadores más famosos que se han formado entre sus cuerdas son: El Egipcio, Arturo Casco “La fiera”, Pegaso, Fuerza Chicana, entre otros, entre muchos otros.
Sin embargo, no todo ha sido fácil para la administración de la Arena Puebla, pues este recinto ha tenido que superar dos crisis que amenazaron con cerrar sus puertas de manera definitiva.
La primera ocurrió en 1994, con la devaluación del peso mexicano, pues es en ese entonces la Arena Puebla ofertaba tres funciones de lucha libre a la semana; sin embargo, tras la crisis económica el Templo del Dolor, como también se le conoce, empezó a ofertar una sola función, misma que se convertiría en clásico cartel de todos los lunes en la capital poblana.
El segundo momento de crisis sucedió en 2020, cuando se decretó la pandemia por COVID-19, ya que durante meses, el recinto tuvo que permanecer cerrado para evitar la propagación del virus.
El Templo del Dolor volvió a abrir su puertas el 9 de agosto de 2021, es decir un año y cinco meses después, con el 30 por ciento de su capacidad, por lo que solo se le permitió la entrada a 672 espectadores, además, el precio del boleto tuvo que subir para poder cubrir con los gastos de operación necesarios para montar el espectáculo.
Cuando la situación mejoró, a comienzos del 2022, aumentó el acceso al 50 por ciento de su capacidad. Cuando hay casa llena, la Arena Puebla puede recibir a 2 mil 400 aficionados.