Gracias a la actividad que presenta el volcán Popocatépetl nos podemos olvidar por un momento de la política y de los políticos, los cuales ya andaban en una muy abierta campaña anticipada.
Sin duda, la gente ya estaba cansada de los políticos y esperemos que no salga hoy un oportunista, que se quiera colgar de la eventualidad, para tratar de sacar raja política de la situación de alerta en la que se encuentra Puebla y su área conurbada.
La atención de los noticieros y de la gente está enfocada totalmente a la contingencia volcánica, la cual es un fenómeno natural más, que se suma a los convulsivos años que ha vivido Puebla, entidad que desde el 2005 no sabe o no conoce ya lo que es la paz.
Sino son los desastres naturales, son entonces los escándalos políticos, los que han frenado el desarrollo de la entidad, la cual ha vivido sismos como en el año de 2017 y ahora se estremece ante la eventualidad provocada por el incremento de actividad del coloso que vigila el valle de Puebla.
Lo único positivo de todo esto, es que por un momento nos vamos a poder olvidar de la molesta campaña anticipada que iniciaron los aspirantes de Morena a la gubernatura y que tienen tapizada a la ciudad y su área conurbada de publicidad, la cual incluye al mobiliario urbano, ante la mirada complaciente de la autoridad electoral.
La prioridad en este momento, si es que nuestra clase política es consciente, es enfocarse a salir bien librados de esta contingencia, la cual, como lo señalé en mi pasada entrega, nadie sabe cuándo va terminar, si es solo cuestión de días y vamos a tener que vivir así durante un buen tiempo.
La eventualidad volcánica, hace que las palabras de los políticos y sus acciones, al menos mientras dure este evento, pasen a segundo término, en un año que se esperaba que fuera tranquilo y que se ha tornado sumamente conflictivo.
Más adelante se deberá de evaluar también, cómo esta nueva contingencia, va a impactar el presupuesto elaborado para el 2023, así como el programa de obras, que se había anunciado hace unos días por parte de la administración estatal, ya que seguramente habrá que utilizar recursos para poder mantener los albergues en caso de que sean necesarios utilizarse.
Todo esto obviamente entra en el terreno de la especulación, ya que lo primero es determinar, cuales son las condiciones del coloso y sobre todo, cuánto tiempo puede durar esta eventualidad, la cual ya centro la atención de los medios de la ciudad de México, los cuales seguían la actividad del Popo ya como algo natural.
Las actividades escolares y económicas de Puebla, por obvias razones, se van a ver afectadas por esta contingencia, las cuales se vienen a sumar a los daños provocados por el paro de actividades a causa de la pandemia, estas son las consecuencias nada agradables que trae la caída de ceniza en la capital y su zona conurbada.
La situación del volcán por supuesto que hace necesario que todos los esfuerzos, se enfoquen a atender esta contingencia, la cual por supuesto nadie podría haber prevenido.
Como lo señalamos en la pasada entrega, los desastres naturales son eventualidades que pueden cambiar las cosas, completamente y hacer que se presenten nuevos escenarios, los cuales también pueden incidir en el factor político rumbo a la elección del 2024.
Afortunadamente al menos por esta semana los poblanos nos vamos a poder olvidar de las campañas y de los políticos, los cuales adelantaron los tiempos electorales, para hacer un muy explosivo 2023.
Los ojos de la mayor parte de los poblanos, van a estar al menos por los próximos días en la actividad del Popocatépetl y de la habilidad del gobierno, para poder hacer frente a este nuevo reto, el hacer frente al desafío de la naturaleza y a la furia del volcán.
A destacar la labor que realiza la titular del Sistema Nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Anzúa y del gobernador, Sergio Salomón, quienes han tomado con aplomo la situación y junto con el ejército mexicano, han tomado de forma seria la nueva actividad del Popocatépetl, para salvaguardar la seguridad de los habitantes de la zona aledaña al coloso, el cual abarca más de 40 municipios poblanos.
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