Benito Juárez, también conocido como Benemérito de las Américas, fue un político mexicano y jurista de origen zapoteco que llegó a ser presidente de México en distintas ocasiones desde el 21 de enero de 1958 hasta el 18 de julio de 1872. Distintos historiadores coinciden en que Juárez fue un personaje crucial para consolidar el Estado mexicano, ya que fue clave en la Guerra de Reforma, así como en la segunda intervención francesa, por lo que el presidente es una de las figuras más importantes en la historia del país.
Benito Pablo Juárez García nació el 21 de marzo de 1806 en el pueblo de San Pablo Guelatao, municipio de Ixtlán, Oaxaca, hijo de padres zapotecas, quienes murieron cuando Juárez tenía tres años.
Sin embargo, no permitió que su orfandad fuera un impedimento para lograr su objetivos, pues siendo todavía un niño abandonó su lugar de origen para trasladarse a la ciudad Oaxaca, tiempo después ingresó en el Seminario de Santa Cruz en donde estudió Latín, Filosofía y Teología. Después ingresó al Instituto de Ciencias y Tecnología donde se matriculó de abogado.
Gracias a su formación el Benemérito de las Américas inició su carrera política como regidor del Ayuntamiento de Oaxaca en 1831, para después convertirse en diputado local y federal, juez de instancia, magistrado del Supremo Tribunal y finalmente llegó a desempeñarse como gobernador de Oaxaca en 1847.
Juárez fue un opositor al gobierno de Antonio López de Santana, el expresidente de México que vendió más de la mitad del territorio nacional a Estados Unidos, motivo por el cual Benito se refugió un tiempo en Estados Unidos.
Cuando regresó al país se volvió colaborador del general Juan Álvarez, caudillo de la Revolución de Ayutla, que, ya como presidente de México lo nombró ministro de Justicia, puesto en el que el Benemérito de las Américas creó la Ley Juárez, la cual abolió los privilegios de los militares y el clérigo.
“Seguiré poniendo todos los esfuerzos que estén en mi posibilidad para ayudar a mi Patria en la defensa de su independencia, de sus instituciones y de su dignidad”, Benito Juárez
En 1858, como resultado del golpe de Estado de Ignacio Comonfort, expresidente de México, Benito Juárez ocupó por el ministerio de ley la Presidencia de la República. Desde este que asumió la titularidad del Ejecutivo, Juárez defendió la Constitución de 1857, enfrentó la la segunda intervención francesa y la imposición del Segundo Imperio mexicano a cargo de Maximiliano de Habsburgo; además, promulgó las Leyes de Reforma, con las cuales implementó un estado laico con lo que consiguió la separación de los bienes de la iglesia y el Estado, el fin de la propiedad comunal de la tierra y la eliminación del fuero eclesiástico.
Benito Juárez ha sido el único presidente de origen indígena en México. Fue titular del Ejecutivo en cinco ocasiones entre los años 1858 y 1972. Durante sus mandatos dirigió al país en momentos decisivos, sobre todo cuando las instituciones cambiaron para fundar el sistema en el que la máxima autoridad era el Estado laico; además, defendió los derechos y las libertades individuales de la población y la soberanía del país.
“Libre, y para mi sagrado, es el derecho de pensar… La educación es fundamental para la felicidad social; es el principio en el que descansan la libertad y el engrandecimiento de los pueblos”, Benito Juárez.