La Asamblea General de las Naciones Unidas decretó el primero de marzo como el Día Internacional para no Discriminación, la idea detrás es generar conciencia y promover la igualdad, dignidad que tienen todas las personas sin importar su aspecto, sexo, edad, religión, condición social, lugar de nacimiento, opiniones discapacidad, orientación sexual o cualquier otro motivo por el cuál se pueda hacer menos a una persona.
Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la discriminación es el resultado de cualquier acto que atente contra los derechos humanos fundamentales de todas las personas e infrinja así contra la igualdad. Sin embargo, muchas personas sufren todos los días algún tipo de discriminación por sus orígenes, lo que hacen, o por lo que tienen.
En México, Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), en coordinación con Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizaron la “Encuesta Nacional sobre la discriminación” (Enadis 2017), la cual arrojó que el 20.2% de la población mayor de 18 años declaró haber sido discriminada en algún momento en los últimos 12 meses. Los motivos más frecuentes fueron: la forma de vestir, peso o estatura y creencias religiosas. Además, el 86.4% de las personas con discapacidad se han enfrentado con limitantes de accesibilidad cuando solicitó información sobre un trámite o servicio. También, el 21.8% de las personas con diversidad religiosa consideraron que no son libres de expresar sus creencias, cultos o ritos.
Despenalizar salva vidas
Cada año se escoge un lema o tema a seguir para el Día de la Cero Discriminación, esta vez ONUSIDA estableció que este día se conmemorará el lema: “Despenalizar salva vidas”.
El propósito de este año es luchar contra las leyes que discriminan a grupos de población determinados, pero sobre todo a las personas que viven con VIH. Por lo que la organización hace un llamado para se abolan todas las leyes que violen los derechos humanos, acentúan los estigmas sociales y que impida a las personas con VIH acceder a los tratamientos que necesitan para cuidar su salud.
Aunque se han hecho avances para terminar con la discriminación de pacientes con VIH, todavía existe mucho terreno que recorrer. En 134 países se penaliza y se persigue la exposición, que se oculte o que se contagie el virus del VIH; además, 48 naciones prohíben la entrada a su territorio a personas con VIH. En 106 países los adolescentes que se quieran realizar una prueba para dicho virus tendrán que llevar un consentimiento paterno. Finalmente, en 53 países piden que se realicen pruebas de enfermedades de transmisión sexual (ETS) para obtener certificados de matrimonio o para ejercer determinadas profesiones.
De acuerdo con ONUSIDA, existen personas con VIH que deciden no tratarse por miedo a ser juzgados y discriminados, por lo que prefieren pasar su enfermedad desapercibidas, decisión que eventualmente los lleva a la muerte.