Edgar Tamayo Arias tardó más de 20 años en regresar a la casa de sus padres en Miacatlán, Morelos. Como él mismo lo anticipó en una de sus cartas postumas. Llegó dentro de un ataúd y durante 20 minutos familiares, vecinos y amigos cargaron el pesado féretro de madera hasta que ingresó a su casa.
A las 00:15 minutos los hermanos salieron de la casa para avisar a las personas reunidas frente a su casa, que Edgar ya estaba en Cuernavaca y había cruzado El Polvorín, todos salieron a la carretera que atraviesa el poblado en el punto conocido como Los Arcos.
A las 00:30 horas, la policía municipal dio aviso que ya se encontraba en la caseta de Balnearios a la altura del poblado de Alpuyeca, los vecinos formaron dos filas para recibirlo y encendieron sus velas, otros llegaron con coronas de flores para darle la bienvenida.
A las 00:45 horas, las patrullas que integraban la escolta que acompañaba al féretro, encendieron las sirenas, desde la Laguna del Rodeo se escuchó como avanzó la caravana hasta que hizo contacto con los pobladores que aplaudieron a la llegada de Edgar.
Un grupo familiares abrió la carroza donde transportaban a Edgar y sacaron el ataúd, todavía envuelto en una caja de cartón y de madera, después lo cargaron en hombros y lanzaron los primeros cohetes de la madrugada, así irrumpieron el llanto de la mujeres y familiares que duró muy poco, para dar paso a la música.
Como era el deseo de Edgar Tamayo, sus familiares lo cargaron mientras la Banda de Música Cerro Prieto, tocó el son del Chinelo y los danzantes avanzaron hacía la casa de los padres de Edgar.
Antes de entrar a la Casa de sus padres, los paisanos de Edgar nuevamente le aplaudieron y lanzaron porras, fue entonces cuando los músicos abrieron paso a la música preferida de Edgar, para tocar “un puño de tierra” y “que me entierren con la banda”.
Una bandera mexicana a la puerta de Los Tamayo, siempre estuvo colocada para recibir al connacional ejecutado hace 9 días en la prisión de Huntsville, Texas, falló que decir de sus paisanos fue injusto. Las campanas de la Iglesia repicaron, para dar aviso de su llegada que como el anticipó sería en medio del dolor y la tragedia.
Al interior de la vivienda de sus padres había un altar que esperó más de 20 años hasta su regreso, su fotografía y flores estaban al centro donde desde hace una semana se reúnen sus familiares más cercanos a rezar por la salvación de su alma.
Este sábado será velado todo el día el cuerpo de Edgar y se espera que el domingo sea enterrado en el panteón municipal de dolores, donde le han designado un pedazo de tierra para su descanso eterno.