Por: Fermín Alejandro García / La Jornada de Oriente
Más allá del malestar natural que pueda haber de algunos sectores populares de la población contra la verificación vehicular, se percibe que el verdadero trasfondo de la violenta movilización de ayer del Frente de Pueblos Productores de Hortalizas y Legumbres no fue echar abajo el programa de control de contaminantes de los automotores, sino pareciera ser una estrategia de los hermanos Roxana y Vladimir Luna Porquillo, que aunque son dirigentes del PRD, buscan afanosamente tejer acuerdos políticos de beneficio personal con el gobierno estatal y al mismo tiempo, mudarse a Morena, ente el imparable hundimiento que sufre el Partido de la Revolución Democrática.
Buscan replicar el modelo que utilizaron durante el sexenio de Rafael Moreno Valle Rosas, con el que fueron críticos implacables y llevaron las protestas contra el entonces gobernador panista hasta la Ciudad de México, para finalmente –en 2018– obligar a una negociación en la que acabaron vendiendo al morenovallismo el movimiento opositor que construyeron a lo largo de varios años.
Ambos hermanos se definen como políticos de izquierda, pero en 2019 se sumaron a la candidatura a gobernador de Enrique Cárdenas Sánchez, un empresario y político ultra derechista.
Y otro miembro de esa familia, Alejandra Luna Porquillo, actualmente es parte del gobierno panista de San Pedro Cholula, encabezado por la insufrible edil Paola Angon Silva.
Es decir, el carácter opositor y de izquierda de los hermanos Luna Porquillo siempre tiene un límite, que es: alcanzar acuerdos de beneficio personal con sus supuestos rivales políticos. Lo que exhibe un pragmatismo sin pudor de ambos hermanos.
A finales del año pasado se percibió un importante acercamiento de los hermanos Luna Porquillo con grupos políticos de Morena. Al parecer, no les redituó en la posibilidad de que les abrieran las puertas de la 4T o conseguir una negociación importante con los gobiernos morenistas, de los que se supone son opositores.
Por eso ahora estarían aprovechando la coyuntura del cambio de gobernador, ante la muerte de Luis Miguel Barbosa Huerta en diciembre pasado, para generar un conflicto e intentar obligar una negociación, tendiente a conseguir posiciones importantes en el proceso electoral que se avecina: la sucesión de 2024.
Luego de una larga inactividad encabezando movimientos sociales, los hermanos Luna Porquillo reaparecieron ayer en el terreno de convocar a una marcha.
En la movilización de este martes se pudo ver a muchos labriegos –hombres y mujeres—que seguramente tienen un genuino malestar contra la verificación vehicular por la crisis económica que actualmente se vive y por poseer automotores tan viejos, que ya es imposible que pasen una revisión de emisiones contaminantes. Y el programa gubernamental en cuestión no ofrece alternativas para los sectores vulnerables de la población.
Pero también en la marcha se percibió a grupos de hombre que acudieron en estado de ebriedad y que, cuando llegaron a Casa Aguayo, que es la sede oficial del gobierno, en la primera oportunidad actuaron de manera violenta contra los policías que vigilaban el inmueble.
Incluso se llegó a ver a Roxana Luna Porquillo blandir un tolete que le habrían arrebatado a uno de los policías que cuidaban la sede del Poder Ejecutivo.
Eso es muestra de que se quería a como de lugar generar un enfrentamiento con los granaderos y de esa manera conseguir que el impacto de la protesta no se quedara estacionada en el ámbito local, sino llegara a la opinión pública nacional, situación que beneficiaría a los hermanos Luna Porquillo para abrir una negociación política con Morena. Al igual como antes lo hicieron con el PAN y el morenovallismo.
El antecedente oscuro
Es importante recordar que Roxana Luna Porquillo tuvo un comportamiento valiente y tenaz como diputada federal del PRD -de 2012 a 2015-, enfrentando y denunciando los abusos del entonces gobernador panista Rafael Moreno Valle Rosas. Su principal lucha fue por apoyar y reclamar justicia para el pueblo de Bernardino Chalchihuapan, que fue brutalmente reprimido el 9 de julio de 2014.
Todo iba por el camino correcto para la joven política cholulteca, hasta que en 2018 dio el viraje político de 180 grados apareciendo como candidata del PRD a diputada en la coalición electoral encabezada nada más y nada menos que por la cónyuge de su archienemigo, Martha Érika Alonso Hidalgo, quien era la candidata del PAN a la gubernatura.
Sobra decir que el cambio de convicciones le salió caro a Roxana Luna, no solo porque perdió la contienda por la diputación que codiciaba, sino porque la alianza la que se unió perpetró el primer fraude de alcances históricos a la izquierda poblana, robando la elección al candidato a gobernador de la coalición lopezobradorista, Juntos Haremos Historia, Luis Miguel Barbosa Huerta, un antiguo rival de la perredista.
Lo que son las cosas: cuando Barbosa rompe con el morenovallismo, Roxana se pasa del lado de los intereses de Rafael Moreno Valle Rosas y de su esposa Martha Érika Alonso, quien le había ofrecido una subsecretaría en su gobierno que se frustró por la trágica muerte del matrimonio Moreno Valle.