Norma Layón Aarún ha logrado lo que no pudieron hacer los últimos 12 alcaldes de San Martín Texmelucan, a lo largo de 28 años, que es cohesionar a las más de 40 organizaciones populares que representan miles de pequeños comerciantes del tianguis de esta ciudad, que es considerado uno de los más grandes de México. Solo que esa unidad no ha surgido a favor de la actual edil, sino es para oponerse al proyecto de la alcaldesa que pretende poner a la venta las 30 hectáreas de ese centro de abasto, lo que llevaría a su segura destrucción.
Este día habrá una enorme movilización, que podría rebasar los 15 mil participantes, de los tianguistas de San Martín Texmelucan que se dirigirán a la ciudad de Puebla para demandar la intervención del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, a quien le pedirán frenar la intención del ayuntamiento de subastar el tianguis para que quede en manos de grandes inversionistas, desplazando a los pequeños vendedores que laboran en el lugar desde 1994.
Norma Layón en los cuatro años que lleva como edil, se ha labrado un enorme descrédito por su carácter autoritario y la forma abusiva de gobernar. Además de protagonizar grandes escándalos, como fue haber querido privatizar el servicio de agua potable al arranque de su gestión y en fechas recientes, por el desplome de un tanque de agua en San Baltazar Temaxcalac, a dos días de haber inaugurado la obra en cuestión y que provocó dos muertes.
Por eso existe un fuerte malestar ciudadano, en todos los núcleos de la población, en contra de la alcaldesa, que ha pudo reelegirse –en 2021—no por su prestigio, que se está en los suelos, sino porque la oposición se encuentra dividida y confrontada entre sus principales dirigentes. Sin contar, que en las votaciones de hace un año quedó un tufo de que hubo un fraude electoral.
Layón ha sostenido que su gobierno lo único que quiere es regularizar la propiedad del tianguis, el cual se asienta sobre terrenos de San Lucas Atoyatenco.
Dice que no habrá ni despojos ni se excluirá a nadie de ese lugar. Que, por el contrario, ha emprendido un par de obras para mejorar la funcionalidad de ese centro de venta de múltiples productos.
Los tianguistas no le creen nada a Norma Layón y están seguros de que atrás de su proyecto, se esconde un jugoso negocio de un puñado de empresarios y funcionarios públicos que quieren vender al mejor postor las áreas de ese sitio, que cada martes recibe a alrededor de 15 mil vendedores y de empleo a otro tanto igual de personas.
Esa visión está totalmente fundamentada por la manera en que actúa la edil, que ha sido de la siguiente manera:
Por diversas filtraciones se supo que el proyecto del tianguis se diseñó y aprobó en el ayuntamiento de San Martín Texmelucan a inicios del presente año. Y a lo largo de los 10 meses que van de 2022, hasta este miércoles, no ha existido una sola comunicación oficial del gobierno local con los representantes de los tianguistas. Es decir, se ignora a los principales protagonistas de dicho programa oficial.
Y no solo es eso, tampoco ante la opinión pública la edil ha podido explicar a detalle que pretende hacer con el tianguis. Solo dice que va a poner orden, pero no dice cómo lo va a hacer.
Por eso queda claro que Norma Layón estaría ocultando algo grave en su proyecto de intervención del tianguis.
Conocedores del tema aseguran, tal como ya se narró en este espacio periodístico, que se pretende entregar las 30 hectáreas en cuestión a dos empresas inmobiliarias que reclaman los predios desde hace 25 años, haciendo a un lado a los ejidatarios y pequeños propietarios de San Lucas Atoyatenco que desde 1994 han reclamado –a diferentes alcaldes—recibir una indemnizados por la ocupación de sus tierras.
Luego, dicen las mismas fuentes consultadas, los desarrolladores ofrecerán cada área del tianguis a los líderes de organizaciones y/o los pequeños comerciantes, sabedores de que no tienen el poder económico para comprar. Posteriormente, bajo la justificación de que “no quisieron adquirir los predios”, van a ofrecer cada polígono en subasta, para que sean grandes empresarios lo que adquieran las tierras.
Si estos fueran los planes de un gobierno del PRI o del PAN, se entendería, pero resulta inconcebible que surja de un ayuntamiento de Morena, que pregona el principio de: “primero los pobres”.
En el esquema de Norma Layón son los pobres los que van a quedar excluidos del tianguis que han trabajado, muchos de ellos, los últimos 28 años.
Por eso llama la atención de que por primera vez se ha logrado la tan anhelada unidad de todas las organizaciones de tianguistas.
En el pasado las agrupaciones de tianguistas se han confrontado, dividido y disputado los espacios de ventas.
Algunos líderes han sido conciliadores y pacíficos. Mientras que otros han usado la violencia permanente como forma de trabajo. Por eso nunca se pudieron cohesionar desde que 1994 reubicaron a miles de comerciantes que estaban en el Centro Histórico de San Martín Texmelucan y con el uso de la fuerza pública los obligaron a instalase en los terrenos de San Lucas Atoyatenco.
La semana pasada, de manera inédita y sorpresiva, los líderes de más de 40 organizaciones hicieron por primera vez a un lado sus diferencias y acordaron actuar bajo un mismo bloque y objetivo, que es oponerse al proyecto de Norma Layón Aarún que busca destruir el tianguis de San Martín Texmelucan.