A propósito del 4º informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), una de las tantas promesas incumplidas por parte de su administración es la desaparición de las súper delegaciones federales.
Esos entes que solo se dedican a chupar la sangre del erario a través de “funcionarios fantasmas”, los cuales únicamente sirven para tres cosas: para cobrar sus jugosas dietas, para estorbar y para hacer escándalo.
Y en Puebla no es la excepción.
De entrada, nadie sabe a ciencia ciertas cuántas delegaciones federales existen en el estado, además de las que todos conocemos, las más comunes y las que menos operan o más problemas dan, por cierto.
Una de estas, la inservible, inútil e inoperante delegación del IMSS.
Y vaya que la titular del Seguro Social en la entidad, María Aurora Treviño García, es una de las delegadas federales más polémicas por su permanente ausencia cuando más se le requiere.
Allí está el interminable escándalo generado en el Hospital General de Zona número 20, mejor conocido como La Margarita, el cual no se ha caído de milagro y por gracia de Dios.
Esta delegada federal, de la mentada cuarta transformación (4T), es una de las menos efectivas, menos productivas y menos conocida.
Ni siquiera ha logrado que el IMSS La Margarita opere al 100 por ciento, porque cuando no se desploma el elevador del nosocomio, se rompe la cañería, se cae el plafón por las lluvias, se inunda, se les niega el servicio a los derechohabientes, se da el hacinamiento de pacientes, o existe inconformidad de su personal por falta de todo tipo de material para poder trabajar.
En su momento, el presidente AMLO sostuvo que algunas delegaciones del Gobierno federal en los estados desaparecerían simple y sencillamente porque “no tienen razón de ser”.
Así, a rajatabla, lo anunció en una de sus mañaneras del mes de octubre del año pasado, pero parece que al final se le olvidó.
Porque, al menos en Puebla, otra delegación que nadie sabe a qué se dedica, ni quién es su titular, es la de la Secretaría de Gobernación.
¿Qué hace?
¿A qué se dedica?
Nadie conoce a su titular, ni nadie, tampoco, lo ha visto.
Hace unos días trascendió que el nuevo responsable de la dependencia federal en Puebla sería Francisco Ramos Montaño; sin embargo, hasta el momento aún no se ha oficializado nada.
Lo que sí se dio ayer jueves fue el anuncio formal de la designación de Rodrigo Abdala Dartigues como el súper delegado de la Secretaría de Bienestar federal en Puebla.
Fue a través de redes sociales como Carlos Torres Rosas, secretario técnico del Gabinete de la Presidencia y coordinador general de Programas para el Bienestar, confirmó el regreso de Rodrigo Abdala a Puebla como delegado.
Abdala es sobrino del exgobernador de Puebla y actual titular de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz.
Empero, como el resto de los delegados federales en el estado, Rodrigo también ha sido famoso en la entidad por sus escándalos y no por su desempeño como funcionario, ya que en su responsabilidad pasada tomó partido por una facción de su partido, Morena, y se enfrentó al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
Fue acusado de desviar 8 millones de pesos de un fideicomiso que Morena había destinado para apoyar a damnificados por el sismo del 19 de septiembre de 2017, además de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó que Rodrigo Abdala había utilizado programas sociales para promover al presidente AMLO.
Lamentablemente para el nuevo súper delegado federal, apenas se supo de su nombramiento y regreso a Puebla, el gobernador Barbosa volvió a darle su bienvenida acusándolo de utilizar el erario para querer intervenir en la vida política del estado.
Apenas este año, el gobernador Miguel Barbosa acusó a Abdala Dartigues de utilizar los programas sociales para tratar de manipular y hacer todo tipo de ilegalidades en la elección de Morena, en la que se eligió a los nuevos consejeros estatales.
Ahora se le acusa de volver al estado para favorecer las aspiraciones a la gubernatura de Ignacio Mier Velazco, coordinador parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados.
Así de compleja está la cosa en las delegaciones federales de la 4T.
Y es que la delegación del Bienestar en Puebla parece estar maldita, pues la ahora extitular, Vida Inés Vargas Cuanalo, no dio una e incluso fue acusada por sus propios trabajadores de violar sus derechos laborales y humanos.
Y el cuento de los súper delegados federales en Puebla no para aquí.
Para colmo de males, en la entidad también existe delegado de Sedatu, de Conagua, del ISSSTE, de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), de Profepa, del Infonavit, de la SEP y quién sabe de qué tanta cosa más.
Entonces, pregunto: ¿sirven de algo estos súper delegados?
¿En qué nos ayudan a los poblanos?
¿En verdad vale la pena que el Gobierno los siga manteniendo?
Vaya cuatro años de la 4T.
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