En Puebla vivimos una situación grave en materia de seguridad, los datos oficiales y no oficiales son consistentes en esta el diagnóstico en el estado. Según la página de la Fiscalía General del Estado en lo que va del año, se han cometido 2,838 delitos contra la vida y la integridad corporal, esto sumando los lamentables acontecimientos del fin de semana con la artera ejecución de la activista Cecilia Monzón, es una muestra de la dolorosa situación.
Lamentar los hechos es correcto, es humano, pero como servidores públicos estamos obligados a más, la sociedad nos exige dar propuestas, respuestas, resultados y explicaciones en su caso. Y eso debe su ceder.
Cada hecho delictivo llama la atención de los medios de comunicación, del interés de la opinión pública y la ciudadanía en general, salvo para los afectados, una noticia cubre a la otra, así cada día, cada semana, mes y año, y las noticias se convierten en historias y estadísticas. Lamentablemente.
Y es lamentable porque se pierden vidas, se rompe la estabilidad emocional, económica, es decir se violenta la paz una y otra vez.
Por ello, la seguridad debe ser prioridad siempre, por ello para quienes formamos parte de un poder o de un nivel de gobierno, en esto, no podemos “pasar página”.
Pero lo que es verdaderamente deplorable es observar actitudes de gobernantes que paren salidos de programas de picardía y que tratan estos temas sin la más mínima sensibilidad, hay quien se atrevió a decir que ante un virus letal que azota a todo el mundo, la solución era un molito picosito, o que increpa a las madres de desaparecidos diciendo que sus hijos se van con el novio, y el tema de seguridad, pareciera que está en manos del agente de la “tartamuda” recordando a un personaje cómico de la televisión. Si no fuera trágico, sería cómico. Se atreve a negar lamentables decesos de indígenas causado por policías, tergiversa los hechos frente a la opinión pública y se ríe.
Sí últimamente hemos visto con profunda preocupación la rueda de prensa institucional en un verdadero Sketch, donde se imita, se mofa de sus opositores, es lamentable.
Las y los poblanos estamos profundamente preocupados por la inseguridad que aumenta todos los días, estamos horrorizados del nivel de violencia que se presenta, desesperados de la falta de coordinación y dolidos e indignados de la falta de sensibilidad ante este dolor de las familias, pero lo más importante es que no estamos dispuestos a observar cruzados de brazos como aumentan las estadísticas y como se cuentan las historias horribles del crimen, no estamos dispuestos a “pasar página”.
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