La tarde de ayer, muchas provincias de Canadá decidieron retirar, parcial o totalmente, las restricciones que habían implementado desde el inicio de la pandemia de COVID-19, debido a las protestas que día con día aumentan en contra de las medidas impuestas por el gobierno para contener los contagios, informaron agencias internacionales de noticias.
Entre las ciudades que han tomado esta decisión se encuentran Alberta, la Isla del Príncipe Eduardo, Quebec y Saskatchewan, cuyas administraciones refirieron que lo hacen porque al paralizar las ciudades a medias o de manera total, traerá consecuencias económicas inimaginables a nivel local y nacional.
De muestra, la ciudad de Alberta, considerada la demarcación más conservadora del país de la hoja de maple, cuyas autoridades han decidido eliminar de manera inmediata el pasaporte de vacunas y en 18 días levantar la obligatoriedad del uso del cubrebocas para sus ciudadanos.
Por su parte, el primer ministro Justin Trudeau recalcó que las medidas impuestas en todo el país son responsabilidad del Gobierno federal que él encabeza, por las cuales se ha optado con la finalidad de que la pandemia no cause tantos estragos como se ha visto en otros países.
Muestra de ello es que el 90% de la población está vacunada, lo cual ha generado que el sistema de salud no colapse y que el número de fallecidos no sea elevado. De igual forma, el número de contagios no ha aumentado como se tenía pronosticado y mucho menos se clasifican en estado grave, como ocurre en otras naciones, agregó durante su intervención en el Parlamento.
No obstante, las protestas de miles de canadienses continúan en todo el país, ahora no sólo por las medidas sanitarias impuestas, sino también para pedir la destitución de Trudeau, a quien califican como un mal mandatario por el manejo de la pandemia en Canadá.