Este 20 de junio a las 21:32 -hora del centro de México- ocurrió en todo el hemisferio norte el solsticio de verano: el día más largo y la noche más corta del año.
Este cambio de estación se caracteriza porque es el día más largo del año, pues hay más luz y la noche es más corta.
En México, la luz del Sol se observará durante alrededor de 13 horas y 25 minutos, según la Comisión Nacional del Agua.
“El solsticio de verano tiene que ver con ciertas posiciones en la órbita de la Tierra en torno al Sol. Dado que las órbitas son elípticas, hay puntos en que está más alejada o más cercana al Sol”, dice Daniel Flores Gutiérrez, investigador del Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México, citado por la Gaceta UNAM.
Estos puntos de retorno llevan a los solsticios porque, vistos desde la Tierra, el Sol aparece en un punto durante varias semanas y aparentemente no cambia su posición. De ahí que se le llame solsticio, que significa “Sol parado o detenido”, explica el investigador.
El verano en el hemisferio norte terminará el próximo miércoles 22 de septiembre.