La crisis económica en la administración del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta vaya que es grave y puso en serios aprietos los planes, proyectos y programas que el mandatario anuncio en campaña.
Sobre todo ahora que descubrió que no sólo las arcas del erario en general están casi vacías, con sólo 600 y no con los 3 mil o poco más de mil millones de pesos que se habían anunciado heredaría a su gestión, sino que muchas dependencias están en franca quiebra.
¿Que habrá pasado con esos recursos?
¿De qué tamaño es en realidad el nuevo boquete financiero descubierto en el gobierno estatal?
Y como lo cuestioné en la edición pasada de Posdata, ¿que habrá sucedido entre el gobernador Miguel Barbosa y Guillermo Pacheco Pulido, mandatario interino?
Porque el gobernador insiste en que la administración saliente se gastó casi todo el presupuesto del estado en apenas unos cuantos meses.
Y una prueba más de eso está en la Policía Auxiliar que dirige Javier Machuca Vargas, sucesor del fallecido Ludivino Mora Tejeda, ex titular del área.
Resulta que en la dependencia está a punto de descubrirse el cochinero financiero que solapó su titular, quien con apoyo del administrador de la corporación, Héctor López Herrera, mantiene en quiebra y de cabeza a la policía a su cargo.
Empero, ¿quiénes son Javier Machuca y Héctor López?
De dónde salieron estos dos personajes que ya provocaron una grave situación en la Policía Auxiliar, la cual debería desaparecer y ser absorbida por la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
Porque la dependencia parece una corporación a modo, de amigos y compadres que no tiene resultado ni efectividad alguna en beneficio de los ciudadanos.
El caso es que Javier Machuca fue Secretario de Seguridad Pública y Gobernanza del Ayuntamiento de Atlixco (2014 a 2018), en la administración de José Luis Galeazzi Berra.
También fue secretario General del mismo Ayuntamiento y director de Desarrollo Social, este último entre mayo del año 2000 y febrero del 2002; asimismo, fue secretario Técnico del Oficial Mayor de la Secretaría de Desarrollo Social.
En el Ayuntamiento de Huaquechula fue director General de Administración.
Además, al parecer es socio de la empresa de seguridad “Fuerza Delta”, corporación que presta sus servicios a distintos municipios y empresas, como por ejemplo a la plaza comercial de Atlixco donde está asentado Liverpool.
Mientras, Héctor López fue ex tesorero del Ayuntamiento de San Andrés Cholula en la administración de Leoncio Paisano Arias, quien se encuentra en la mira de la Auditoría Superior del Estado (ASE) por un presunto desvío millonario de recursos.
De ese tamaño es la fichita que maneja y manejó los recursos de la Policía Auxiliar, la cual, insisto, es una dependencia en quiebra.
Javier Machuca, hay que subrayarlo, fue nombrado como titular del área por parte del gobernador Guillermo Pacheco, quien tras la muerte de Ludivino Mora le da la batuta de la policía.
A partir de allí, la dupla Machuca-López empieza a hacer y deshacer en la Policía Auxiliar, donde apenas en unos meses arrasaron y se gastaron 400 de los 500 millones de pesos con que cuenta la corporación como presupuesto anual.
Es decir, estos dos personajes, protegidos, se dice, por Manuel Alonso García, ex titular de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado, se habrían gastado el 80 por ciento del presupuesto en apenas unos cuantos meses.
La pregunta del millón, por supuesto, es: ¿en qué caramba se gastaron tanto dinero si la inseguridad en Puebla sigue estando latente y es muy grave?
Y a estos personajes sume usted el nombre de Humberto Ramírez Escobedo, quien es conocido como “El mayor” en la Policía Auxiliar, y quien siguiendo “órdenes superiores” se encargó de apoyar las acciones de Javier Machuca y Héctor López.
Todo un cochinero de corrupción y saqueo de recursos existe en la corporación policiaca, donde además, según reportes de algunas de sus empleadas, existe acoso laboral y hasta sexual por parte de algunos de sus directivos.
¿Qué opinará el gobernador Miguel Barbosa de todo esto, del evidente saqueo en las arcas de la Policía Auxiliar?
¿Qué pasará con aquellos que son los responsables de aprobar los gastos y adjudicaciones en la dependencia?
Sobre todo si los 3 mil elementos de la institución se quejan y siguen denunciando de forma anónima los abusos por parte de sus jefes.
Ojalá que el gobierno barbosista tome cartas en el asunto e indague el manejo de los recursos, ya que existen testimonios y pruebas fehacientes que arrojan un presunto desvío millonario.
Y es que en los últimos meses en la Policía Auxiliar, al mando de Javier Machuca y Héctor López se hicieron gastos de locura como los siguientes:
-La realizaron de 6 videos, con duración de 3 minutos, por un monto de 520 mil pesos.
-Se pagó un curso de capacitación, impartido por un despacho de la Ciudad de México, por un monto de 20 millones de pesos.
-Se reparó una camioneta de la policía por un monto de 110 mil pesos, cuando al parecer el vehículo apenas tenía un rayón.
-Se adquirieron uniformes y chalecos a sobre precio, además que las comidas que se otorgan al personal subieron de precio y se pagaron de 35 a 85 pesos por razones desconocidas.
-Se adquirió una flotilla de bicicletas a un precio por unidad de 17 mil pesos, cuando en realidad su valor real oscila en los 4 mil.
-Se impartieron dos cursos de capacitación más por un monto de 9.5 millones de pesos.
De este tamaño es la posible corrupción en la Policía Auxiliar, donde los salarios del personal sigue siendo el mismo desde el sexenio pasado, y donde no existen permisos para el personal con goce de sueldo por ningún motivo.
Ojalá que el gobernador Barbosa, junto con la contralora Karen Berlanga Valdés, metan mano y ordenen una auditoria en la corporación para que se aplique todo el rigor de la ley en contra de quienes la saquearon y provocaron el cochinero que existe.
Vamos a estar pendientes.
En twitter: @poncharelazo