Mucho tiene que explicar, a todos los poblanos, el presidente municipal de Cuautlancingo, Félix Casiano Tlahque, quien a pesar de que su municipio y su administración cada vez son más inseguras y se caen a pedazos, guarda un sospechoso silencio.
La inseguridad en su municipio es el pan nuestro de cada día.
Los vecinos del lugar ya no saben de qué forma poder contrarrestar el fenómeno que, evidentemente, ya le ganó la batalla a su gobierno.
Los hechos sangrientos ocurridos la madrugada del pasado primero de marzo pusieron en jaque al edil panista, Félix Casiano, quien hasta el momento no ha salido a dar la cara por la balacera y el levantón registrado en el palenque que autorizó para la feria.
La presunta muerte de las 12 personas levantadas por un comando fuertemente armado es un asunto muy grave que ya lo metió en serios problemas.
Y es que ya son muchas dudas las que se han generado por la omisión policiaca en la zona y por la falta de autoridad para garantizar la paz y tranquilidad de los lugareños.
Cuautlancingo, hay que subrayarlo, es un municipio que albera cientos, miles de viviendas de interés social y de tipo residencial; cuenta con fraccionamientos de todos los niveles en los que viven personas de nivel socioeconómico diverso.
Además, el municipio, tiene asentada en su territorio a la armadora de autos alemana Volkswagen (VW), la cual aloja en sus naves, en territorio vecino y en su propia unidad habitacional a más de 35 mil trabajadores, entre sindicalizados, personal de confianza y los indirectos que laboran en las proveedoras, quienes también están sufriendo los estragos de la inseguridad.
Sin embargo, a todo esto de la grave inseguridad que se vive día a día en Cuautlancingo, por la opacidad e incapacidad de sus autoridades, insisto, también hay que agregar la deficiencia en los distintos servicios públicos que son responsabilidad directa del gobierno.
En Cuautlancingo no hay agua potable, ni drenaje, ni alumbrado público, ni pavimentación, ni orden en las calles, ni mucho menos una solución al gran problema de las inundaciones.
El edil Félix Casiano se ha dedicado únicamente a hacer obritas que resultan mejorales para los grandes males que adolece su municipio.
La calle México-Puebla, por ejemplo, es un caos, un desastre, en cada época de lluvia.
Los automóviles de los habitantes de Cuautlancingo se quedan varados año con año porque el drenaje de la avenida -maltrecha e inservible- simplemente no tiene la capacidad para poder absorber los miles de litros de agua que desbocan en sus alcantarillas, provenientes de todo el municipio.
Y ante todo esto, Félix Casiano como si nada.
Mientras él sigue cobrando sus impuestos, ganando por las inversiones millonarias hechas en Cuautlacingo, por empresas inmobiliarias particularmente.
Su administración ha hecho oídos sordos a las peticiones, súplicas y mentadas que le hacen día a día los habitantes de las distintas colonias, fraccionamientos, barrios y demás viviendas asentadas a lo largo de la región.
Eso sí, Félix Casiano se encargó de organizar la feria, de cerrar las calles para instalar su plaza y armar un palenque al que llegó un comando que mató a dos personas con armas de alto poder y levantó a 12 más para presuntamente asesinarlas.
Son muchas las preguntas que debe responder el edil de Cuautlancingo sobre los hechos ocurridos aquella madrugada sangrienta en la región que gobierna, la cual es su responsabilidad directa.
De entrada, debería responder: ¿Por qué sus elementos se seguridad no actuaron el día de los hechos, el día de la balacera y el levantón en el palenque?
¿Por qué no dieron aviso a las autoridades estatales, a la Gendarmería (Policía Federal), al Ejército?
¿Dónde diablos estaba Félix Casiano cuando ocurrieron los hechos?
Los hechos perpetrados en Cuautlancingo son muy graves y corresponden a la ingobernabilidad que existe en algunos municipios poblanos como San Andrés, donde también los hampones hacen y deshacen a su antojo.
Y es que en esa franja territorial que colinda con Puebla y que comprende los municipios de Cuautlancingo, Coronango, San Pedro y San Andrés Cholula están instalados bares, discotecas, centros nocturnos y algunos llamados affters, los cuales muchas veces están patrocinados y controlados por la delincuencia organizada.
Así que mucha atención deben poner los ediles de los municipios señalados si no quieren que sus gobiernos se vean manchados con sangre y con un suceso como el ocurrido en Cuautlancingo, donde parece imperar la ley de la selva, del más fuerte y/o del mejor armado, al parecer consentida por su autoridad.
Es una realidad que en Puebla la delincuencia se ha venido incrementando, por lo que la inseguridad podría desbordarse en caso de que no se ponga atención total en ello.
No por nada los capos más buscados y peligrosos del país han sido capturados en Puebla.
Los poblanos están hartos de autoridades incapaces, complacientes y omisas como la de Félix Casiano, quien sigue sin dar la cara para afrontar la ingobernabilidad que priva en su municipio.
Ojalá que las pesadillas de los habitantes de Cuautlancingo y de todos los poblanos afectados por la inseguridad terminen pronto.
Ojalá que la paz y la tranquilidad, como antes, imperen en todo el estado.
En Twitter: @poncharelazo