El problema de los mototaxis ayer reventó y se le salió de control al Congreso del Estado, a pesar de haberle dado carpetazo al tema. Y aunque por fin la LVIII Legislatura acordó exhortar al gobierno del estado para que a través de la SCT se retiren estos vehículos, el problema aún no termina.
Ayer los mototaxistas provocaron un verdadero caos en el centro histórico, cierre de calles, desorden vehicular, afectaciones a terceros y un día muy pesado para quienes desarrollan sus actividades diarias en el primer cuadro de la ciudad.
Fueron más de 500 mototaxis los que arribaron al centro histórico de la ciudad para bloquear calles. Y más de mil los inconformes que se plantaron en la sede del poder legislativo local, donde el ambiente estuvo a punto, también, de estallar por la intención de eliminar este tipo de vehículos.
Acciones abusivas, por supuesto, que ya no deben darse en el nuevo gobierno.
Empero, los diputados locales poblanos dieron muestra, una vez más, de integrar un poder de gobierno muy limitado, acotado y supeditado a lo que dicte el poder superior en Puebla. ¿Dónde quedaron las promesas de los legisladores de gestionar beneficios para todos los poblanos?
Porque los propietarios de mototaxis también son poblanos, ¿o no?
El problema de los mototaxis deja mucho que desear, particularmente por parte de los diputados y ahora quien sabe si también del gobierno local.
Y es que para abordar el tema de los mototaxis hay que hacerlo con la cabeza fría, sin tomar partido y siendo muy equilibrado. Sobre todo porque son muchas, y muy variadas, las lecturas que se le pueden dar al problema de los mototaxis en Puebla.
Empecemos por partes.
En lo personal creo que las ventajas de los mototaxis son muchas, tantas como las desventajas.
En primera son vehículos que ofrecen un servicio muy barato; de beneficio, por supuesto, para el sector más pobre de la población.
Operan en comunidades con escasas vialidades. Donde las personas se tienen que trasladar cruzando veredas, senderos y caminos sin pavimentar.
Resultan una fuente de ingreso para un buen número de familias; más de 3 mil 500 en toda la entidad.
Estas son algunas de las ventajas, aunque los mototaxis también resultan un mal.
Las desventajas de estos aparatos son varias. Son un transporte inseguro que no está contemplado en la ley, no cuenta con seguros de pasajeros y todo lo que requiere un transporte formal; son inestables como vehículos de carga y, al final, resultan una competencia directa para el concesionario legal.
También son un negocio oscuro para quienes los controlan en los municipios de la entidad.
Los mototaxis, desgraciadamente, se convirtieron en un verdadero botín político para quienes los dejaron proliferar. En particular las autoridades del pasado gobierno, quienes por evitar enfrentamientos con los transportistas, y para lograr un negocio redondo, les permitieron circular bajo el amparo negro de la SCT.
Y es que fueron muchos los abusos en tornos a la aparición y operación de los mototaxis.
Lamentablemente el gobierno marinista parece ser el responsable directo del problema, insisto, la SCT y sus titulares, en particular.
Sin embargo la actitud de los diputados poblanos deja mucho que desear. Los priistas, tal vez, encabezados por el diputado José Luis Márquez Martínez, líder de la bancada, pudieran ser los más cuestionados. Y argumentos hay muchos.
No hay que olvidar que Márquez formó parte del gobierno pasado y de la burbuja “marinista”.
No entiendo porque los legisladores del PRI no apoyaron la demanda de los propietarios de mototaxis. Si el priismo gobernara Puebla el voto hubiese sido otro, estoy seguro.
El caso es que Márquez conoce el entuerto de los mototaxis y sus permisos. Me dicen que sabe de los negocios de la SCT en los tiempos de Valentín Meneses Rojas y Lázaro Jiménez Aquino. ¿Porque obligo a su bancada a abstenerse de votar a favor o en contra?
Por otra parte, que lastima la enérgica protesta a favor del diputado José Juan Espinosa Torres, de Convergencia. Y es que sería más creíble si tuviera la suficiente calidad moral para hacerla. Su silencio ante las presiones del gobierno, en otros temas, también deja mucho que desear.
Y con que calidad moral reclaman los concesionarios de transporte el servicio de los mototaxis, cuando ellos mismos no ofrecen en Puebla un servicio de primera. Vamos ni de segunda o tercera, porque el suyo es más bien de quinta y/o sexta calidad.
Ojalá el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas tome la mejor decisión al respecto. Ojalá que ofrezca alternativas para evitar más desempleo, más corrupción, más desigualdad y más abuso de autoridad.
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