Sabrá Dios cómo le habrá hecho el edil priísta de Atlixco, Eleazar Pérez Sánchez, para poder colar su cuenta pública (2008) al Pleno del Congreso del estado -en su última sesión del año- donde se aprobaron varios temas, entre los que destacó la cuenta pública del Ayuntamiento de Puebla (2009) encabezado por la presidenta municipal de Puebla, Blanca Alcalá Ruiz.
Y como dijera el periodista radiofónico, Javier López Díaz, pero esa no es la noticia, ya que la noticia es que Eleazar Pérez logró que la mayoría de los diputados priístas avalara su cuenta pendiente sin problema alguno.
Y eso que en el PRI Pérez Sánchez ha hecho lo que ha querido.
¿Pues a qué santos o demonios se habrá encomendado?
¿A poco no recuerdan los priístas que su edil de Atlixco los traicionó en la pasada elección local?
¿Tan pronto olvidaron que entregó Atlixco al PAN? Bien dice que nadie sabe para quién trabaja, y eso es muy cierto. Personalmente, aún sufro trauma por ser tan noble y confiado, pero en fin, esa es otra historia.
El caso es que la desfachatez de Eleazar Pérez es tan grande que ayer, luego de que se aprobó su cuenta pública en la sede del Poder Legislativo, se fue a parar frente a los diputados del PAN y algunos del PRI que votaron en contra de la aprobación de sus finanzas del 2008. Todo mundo en el Congreso local tomó el acto como una actitud prepotente y retadora.
Muy quitado de la pena, Pérez Sánchez tuvo el cinismo de posar para las cámaras de los fotógrafos de los distintos medios de comunicación.
Y atinadamente la diputada priísta Rocío García Olmedo le refutó en la cara al presidente de la Gran Comisión del Congreso, Humberto Aguilar Viveros, lo siguiente: “¡¡Presidente, ya sólo falta que le pongas su alfombra roja a tu invitado, qué bárbaros!!”.
Envalentonado, el edil de Atlixco permaneció en el Congreso y concedió entrevistas para los medios, a quienes les señaló que a él los diputados no lo tocan. Y sobre las amenazas de muerte en contra de algunas diputadas locales como Rocío García, Patricia Hidalgo y Leonor Popócatl, Eleazar Pérez sonrió y se mofó.
Ojalá algún día los diputados locales que apoyaron al Eleazar Pérez en su cuenta pública nos expliquen qué pasó con el nepotismo detectado en el Ayuntamiento de Atlixco.
¿Por qué no sancionaron nunca al edil Pérez Sánchez, quien mantuvo en su gobierno a familiares y amigos?
Y ejemplos hay muchos, su asistente personal y el tesorero.
¿Y sólo por ser priístas?
Aunque a esa misma lista, dicen, se sumaron 30 familiares más del edil y de su esposa, Gisela Jaimes de Pérez.
Recordemos que al edil de Atlixco, además, se le culpó, por un grupo de sicarios detenidos en Tlapanalá, como presunto responsable de tráfico ilegal de personas a Estados Unidos. Lo acusaron de ser “pollero”, así como de tener nexos con Rubén Gil, ex edil de Izúcar de Matamoros, detenido en los EU por narcotráfico.
Y la lista de familiares del edil, quienes fueron funcionarios, es una belleza. Al menos los que empezaron a trabajar al inicio del gobierno de Pérez fueron sus cuñados, como: Rubén Jaimes Flores, secretario particular; así como José Noé Jaimes Flores, tesorero y encargado de administrar los recursos del Ayuntamiento.
El suegro del edil también cobró en el Ayuntamiento de Atlixco, Esteban Jaime Carpinteiro, quien fuera director de compras.
Otros familiares de Eleazar Pérez, quienes fueron contratados por su gobierno son: sus sobrinos, Israel Benítez Flores, como su segundo asistente, y Raquel Benítez Flores, como auxiliar de la Subdirección Contable.
Y aunque no tienen lazos de parentesco con el edil, se supo que Miguel García Sosa, jurídico de la Contraloría Municipal, es padre de Omar Óscar García Pastrana, director municipal del Deporte.
Mientras, la regidora de Hacienda, Norma Martínez Hernández, mantuvo a su esposo Juan Paul Fierro González como director del Sistema de Apertura Rápida de Empresas (SARE).
Los salarios de los familiares que están o estuvieron en el Ayuntamiento de Atlixco van de 5 a 8 mil 500 pesos quincenales, mientras que la nómina municipal ascendió a 1.9 millones de pesos quincenales para el pago de los 870 trabajadores.
Ese es Eleazar Pérez, quien, insisto, ¿a qué santo se habrá encomendado para gozar de tanta impunidad?