Por Mario Alberto Mejía
La Quinta Columna
Hay de capos a capos.
Los que retrata Martin Scorsese en sus películas de mafiosos se quedan cortos ante Marco Antonio, mejor conocido como El Buda o El Madrina o El Chiva o El Negro o El Gordo o El Marino o El Bombón.
(El tamaño y lo emblemático de cada apodo nos hablan de su versatilidad, sí, pero también de lo peligroso que es).
Hace unas horas fue aprehendido y de inmediato se encendieron las luces rojas.
Un primer dato revelador: es el Jefe de Jefes y, por si fuera poco, el Jefe de El Grillo — José Cristian—, peligroso delincuente detenido hace algunos meses y hoy bajo proceso en un reclusorio federal de Oaxaca.
Como todo padrino mexicano, nuestro personaje se inició como policía operativo, en el área de Agrupamiento 64, en el Estado de México.
En julio próximo cumplirá 45 años de edad, aunque su capacidad para el crimen organizado es infinita.
Nuestro angelito comanda a Dionisio Federico Nava, alias El Nava, encargado de organizar los grupos operativos para las acciones delincuenciales y los ajustes de cuentas.
También, faltaba más, mantiene vínculos con el grupo delictivo encabezado por Roberto de los Santos de Jesús, alias El Bukanas, en el Triángulo Rojo.
Es jefe directo de Alejandro Coyotzi, alias El Chupón, policía estatal que opera en el mercado Hidalgo.
Tiene bajo sus órdenes a Leonardo, alias el Masha, dedicado al robo a casa-habitación y al transporte de carga.
(La principal actividad de éste es el narcomenudeo en el mercado de La Chuchilla).
El Buda o El Madrina o El Chiva o El Negro o El Gordo o El Marino o El Bombón es patrón de Abraham Hernández Coyote, alias El Croquis, responsable de un feminicidio.
También lo es de Miguel Ángel Ortiz Tentle y/o Vicente Hoyos, alias El Diablo de Analco, operador que controla y extorsiona a los comerciantes de la 46 Poniente.
Ufff.
Junto con El Dava —Gustavo Hernández Brass—, fue detenido en 2008 por robo calificado.
(Averiguación previa PGJP-DIEDO-1-A.P.610-2008).
-Dos años después obtuvo su libertad.
Uno de sus probables domicilios se ubicaba en Coronango, en la Colonia Coyopotero.
(Se ingresa por la carretera federal Puebla-Tlaxcala, a la altura de Covadonga).
Se sabe que El Buda o El Madrina o El Chiva o El Negro o El Gordo o El Marino o El Bombón se adueñó de una hacienda después de asesinar al dueño de la misma, con quien trabajaba como encargado.
(Cuántas historias similares hay en la aldea).
En síntesis: controla la actividad delictiva de la zona conurbada de Puebla y la actividad ilícita de prácticamente todos los mercados de la capital.
Su versatilidad delictiva abarca el narcomenudeo, la piratería, el control sobre los ambulantes, la prostitución, el robo a casa habitación y el robo a transportes de pasajeros.
Controla, igualmente, los grupos de delictivos de asaltantes, extorsionadores y narcomenudeo de Puebla.
Sus tentáculos se extienden a los mercados Xonaca, Unión Morelos, La Acocota y La Fayuca, así como la 46 Poniente.
Las investigaciones de la Fiscalía General del Estado concluyen que es el responsable de un gran número de ejecuciones de mujeres y hombres en el estado de Puebla y de la mayoría de cadáveres tirados en la zona conurbada.
Tan fina persona ya duerme tras las rejas.