En la competencia, el deportista logró posicionarse en el tercer lugar, ganando la presea de bronce en la prueba de los 1,500 metros T11 para la categoría de Ciegos y Débiles Visuales, con un cronometró 4 minutos 26 segundos y 64 centésimas.
Alejandro solía ser una persona con adicciones y a fue a los 19 años que perdió la vista luego de una sobredosis que le provocó una intoxicación neurocebrebral y afectó su nervio óptico.
Sin embargo, al perder la visión en ambos ojos, el medallista recibió el apoyo de una profesora llamada Maria Rosa Montalvo Sánchez, quien lo motivó para unirse a un equipo de atletas ciegos.
Desde los 22 años no ha parado de correr y cantar dentro de los vagones para poder pagar los viajes a competencias.
Con su medalla de bronce, México ocupa la tercera posición del medallero parapanamericano, con 119 preseas.
