La fase semifinal de la eliminatoria mundialista resultó un dulce para la Selección Mexicana.
A pesar de sólo tener destellos de buen futbol y contar con unos delanteros que se han apagado con el transcurrir de los encuentros, al Tricolor le alcanzó para arrasar y sumar los 18 puntos que estuvieron en disputa.
La de ayer volvió a ser otra noche inquietante para el Tri a pesar del 2-0 que logró. Se adueñó del balón como un cacique, ofendió constantemente al rival y desnudó las debilidades de su oponente, pero otra vez falló en la última jugada.
La primera parte fue un monólogo tricolor, aunque también un reflejo de sus más notables carencias. Ángel Reyna y Andrés Guardado comandaron al equipo, desquiciaron a los salvadoreños cuantas veces se los propusieron, pero su aporte resultó estéril por la mala puntería de los jugadores mexicanos. Esta vez no se le pudo echar la culpa a Javier Hernández de desperdiciar las opciones de gol generadas porque no inició.
Fueron innumerables las ocasiones en las que los de verde lograron plantarse frente al arco rival. La defensa que puso Juan de Dios Castillo hizo agua, fue incapaz de encontrar acomodo y terminó por agradecer que Oribe Peralta, Aldo de Nigris e incluso Carlos Peña, que se agregó constantemente al ataque en un intento de sorpresa de José Manuel de la Torre, no tuvieran una buena noche. El 0-0 que se llevaron los centroamericanos al descanso fue casi milagroso.
Las más claras para los locales casi siempre salieron de los pies de un lúcido Reyna. Todas ellas, desperdiciadas por sus compañeros en el ataque, que lucieron tan faltos de sincronía como los zagueros visitantes. Si no era el portero el que secaba esas acciones, era la mala técnica de los verdes para definir las que impedían el gol. En la única que la intentó por sí mismo, puso apenas arriba del arco un balón después de bombearlo.
Sólo hasta la complementaria llegó la recompensa al esfuerzo del jugador de Rayados. Al 63’ se animó a pegarle de derecha, pero Dagoberto Portillo rechazó, y el esférico cayó a los pies del solitario Peralta que sólo la empujó. Un premio injusto para el ariete de Santos, que hasta ese momento no había orbitado en el juego, pero merecido por lo insistentes que fueron los mexicanos.
Una vez perdida la única razón para luchar, la mayoría de los salvadoreños entregaron el encuentro y eso llevó a que el partido se convirtiera en una práctica de tiro para los nacionales. El único que tuvo orgullo fue Portillo, quien impidió la goleada al detener buenos tiros a Elías Hernández, Reyna y Héctor Herrera, pero al final su aporte resultó insuficiente.
En el minuto 84, el volante de los Tigres encontró la forma de hacerle daño al ya inconmensurable arquero salvadoreño. Desde la banda derecha la tiró a Javier Hernández, para que éste, con su sello, pusiera el 2-0 final.
Jamaica rompe los pronósticos
La selección de Jamaica le dio un giro a la eliminatoria. Empecinada en alcanzar su clasificación al Hexagonal final, exhibió su mejor futbol ante Antigua y Barbuda y dejó en el camino a Guatemala, que dependía de un empate para sumarse a Estados Unidos como punteros del grupo 1.
Los estadunidenses, por su parte, se repusieron de un marcador adverso y sumaron un nuevo triunfo ante los chapines, sellando su clasificación con el liderato de su sector.
Sin la contundencia de otros partidos, México consumó su paso invicto en la eliminatoria tras el triunfo ante El Salvador que, además, le brinda el puesto como la mejor defensiva de la competencia con sólo dos anotaciones en contra.
En su propio territorio, Costa Rica no tuvo clemencia de Guyana y selló su pase al golearlos 7-0, reponiendo sus registros y fortaleciendo la confianza de cara a la siguiente etapa clasificatoria.
Honduras y Panamá, mientras tanto, cumplieron con sus obligaciones y asumieron el papel de protagonistas para sumarse al grupo de los seis mejores de esta ronda.
Los catrachos cuentan con la mejor ofensiva con 20 tantos y, además, presumen de un funcionamiento mucho más sólido que en el pasado.
Lejos de los reflectores y sumidos entre los menos fuertes, el conjunto panameño continúa su búsqueda por clasificarse a una justa mundialista, sin temor a medirse ante las grandes potencias. De tal forma, con sus invitados definidos, la Concacaf realizará el sorteo el próximo jueves para definir el Hexagonal final.
