Para la actriz colombiana Zharick León, quien forma parte del elenco de La ruta blanca, teleserie que transmite Cadenatres, la realidad supera a la ficción, sobre todo cuando se trata de mostrar lo que sucede en el mundo de las drogas. En algún momento de su vida, fuera de la farándula, la invitaron a probarlas, pero desistió. Esta experiencia, aunada al crecimiento a nivel actoral que implica esta producción, fueron su impulso para integrarse a la historia que actualmente se ve en México.
“La ruta blanca es un llamado de alerta porque trata de concientizar. Es mentira que las drogas llenan de dinero y poder, pues los involucrados siempre terminan mal y la prueba es lo que sucede en esta historia”, expresó Zharick.
“Me he topado en mi vida diaria con este camino de la droga (la ruta blanca) lo he visto, pero ya dentro del medio no me la han vuelto a ofrecer, afortunadamente. Sin embargo, uno nunca está exento a que alguien te invite, incluso en las profesiones que uno no cree, está la cocaína y las drogas presentes. Obviamente nosotros que estamos más ligados a las emociones, a la pasión y a la entrega, estamos más expuestos a todas estas cosas”, añadió la actriz.
Contradictoriamente a su personaje, quien en la ficción es una consumidora de cocaína, Zharick León cree en la fuerza interior que determina decir “no” a este acto ilegal.
“¿Cómo evitar caer? Depende mucho de la educación que nos dan en el hogar, en la fortaleza y el nivel de conciencia, porque hay personas que son de espíritu muy débil y hay otras que son fuertes y tienen seguridad. Sin embargo, en la historia yo soy la que induce al protagonista, soy el diablito, y aunque no quiero hacerle daño lo pongo en mal camino”, relató la colombiana, quien formó parte hace ocho años de la telenovela Pasión de gavilanes.
Papel arrollador
León interpreta a Sara Mendoza, una atractiva actriz colombiana que viaja a Miami con el sueño de abrirse paso en la industria de la pantalla chica y después saltar hacia Hollywood. Sin embargo, no sólo se involucra en la televisión, sino también en el consumo de cocaína.
“Es una mujer que tiene un vacío y una soledad muy grandes, pero las oculta con su personalidad arrolladora, que lo controla todo y siempre está en la búsqueda de placer. Esto es lo que la lleva a la autodestrucción. Sabe aprovechar las oportunidades que tiene y, aunque no es mala, es ambiciosa y actúa de tal forma que puede ser oportunista o interesada”, detalló acerca del personaje que interpreta en La ruta blanca.
Su personaje fue esposa del productor de televisión y vicepresidente del canal donde trabaja, Octavio Zárate, interpretado por Héctor Soberón, hasta que se enamora perdidamente de Alejandro Sandoval, a quien da vida Carlos Athié, otro actor a quien impulsa a consumir droga y con quien tiene una relación pasional aunque conflictiva.
“Al principio estaba muy insegura porque estaba cansada del tema del narcotráfico en la televisión y lo que esto promueve en la gente, pues el tema se presta para equivocaciones. Sin embargo, cuando me explicaron de lo que se trataba la historia me convencí de estar en este proyecto”, recordó.
La actriz, quien inicialmente audicionó para el papel de Francisca Rojas, que actualmente recrea Carla Giraldo, y después se postuló para Sara Mendoza.
“El solo hecho de tener cuatro historias que se enlazan y tienen que ver una con la otra, con cuatro directores y con el mismo número de elencos, es arriesgado y eso lo hace muy interesante. Además, la forma como se cuenta todo no es como estamos acostumbrados: sí hay balas y violencia, pero también se muestran las víctimas reales y todo lo que tiene que ver con la cocaína, desde que se cultiva hasta el destino final, el consumidor.
“A Sara, por ejemplo, le gusta la coca y la consume de manera social y aunque piensa que la controla, está muy equivocada”, explicó la también partícipe en otras producciones televisivas como La promesa (2012) y La pola (2010-2011).
En la vida real, la actriz, originaria de Cartagena, Colombia, tiene 15 años en la farándula y desde el nacimiento de su hijo Luciano, hace cuatro años, busca la espiritualidad y la paz interior, dándole a todas sus actividades su debido tiempo para disfrutar mejor de la vida. Además practica chi kung y japa yoga.
“Ahora siento que es un momento en el que se me pueden abrir puertas y una buena oportunidad para que se acuerden de mí. Estoy con mucha ilusión en este proyecto”, concluyó.
