Los cazatalentos de Enrique Peña Nieto se encuentran en pleno proceso de definir los perfiles de quienes ocuparán secretarías y subsecretarías del gabinete legal, así como los titulares de organismos del gabinete ampliado. El pastel del gobierno federal, pese a ser muy amplio, se encuentra en plena rebatinga. Currículos van y vienen en las oficinas del equipo de transición encabezado por Luis Videgaray, y los responsables de cada área promueven y descartan con la misma velocidad que reciben proyectos para nuevos programas y áreas de la administración.
Los cazatalentos voltearán a Puebla el próximo lunes con motivo del tercer informe del rector Enrique Agüera que centrará su mensaje en el trabajo realizado para impulsar la ciencia y la tecnología en la Autónoma de Puebla. Lejos de la grilla por la alcaldía, Agüera podría presentar su candidatura para la Subsecretaría de Educación Superior en la SEP, o mejor aún, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología conocido entre los académicos como el Conacyt.
Peña Nieto designó como responsable de la transición en materia de educación a Aurelio Nuño, un joven de 35 años que fue responsable del mensaje político en su gobierno y la campaña, así como el redactor del libro del presidente electo México, la gran esperanza, y aunque en un principio se especuló que su destino era la Secretaría de Educación, ahora se menciona como titular de una de las nuevas dependencias que pretende crear Peña Nieto, la de Ciencia y Tecnología. Si el equipo político del rector se esfuerza en traer un invitado, ese debe ser Aurelio Nuño, uno de los hombres más cercanos del Presidente electo.
Los logros del año de gestión de Agüera son muchos, pero en su tercer informe pondrá especial énfasis en la creación del Parque Científico y Tecnológico que aunque no es el único en el país, sí es el primero de una universidad pública. Se trata de su apuesta personal por incidir en la sociedad del conocimiento, así como crear una orientación educativa a la ciencia que culmine en una Ciudad de la Ciencia y del Conocimiento.
Agüera también hablará en defensa de un modelo de la triple hélice que guía a los países en desarrollo para transformar el entorno social: gobierno, sector productivo y universidades. El reto para la BUAP, así como para el país, es generar desarrollo tecnológico y científico a través de patentes y licencias que ayuden a resolver los problemas reales del país. Para nadie es un secreto que si de algo adolece este país es de inversión pública en I+D, Investigación y Desarrollo. Su participación en la llegada de la planta Audi a Puebla, así como la creación de un Instituto de Capacitación en San José Chiapa permitirá probar la eficacia del modelo de la triple hélice.
Enrique Agüera tiene buenas cartas credenciales para presentar su candidatura a una subsecretaría del gobierno federal o al Conacyt. Sus logros en infraestructura son bien conocidos, además de que se trata de una universidad que por tercer año consecutivo ha logrado la acreditación de calidad en el cien por ciento de los programas. Además, la inversión permitió que el 50 por ciento de los aspirantes tenga lugar en la máxima de casa de estudios de Puebla, sin dejar de mencionar la certificación de las finanzas por parte de las tres calificadoras más importantes.
El rector de la BUAP, nuevamente, tiene el panorama político abierto: los números lo hacen el aspirante más competitivo del PRI en la puja por la alcaldía del 2013. Pero Agüera no tiene necesidad ni quiere enfrentarse con el morenovallismo. El fortalecimiento de sus lazos académicos en la ANUIES y la cercanía generada con el rector de la UNAM, José Narro, le permiten soñar con tomar por asalto las grandes ligas de la academia nacional. Por si algo faltara, su cercanía con el equipo de Enrique Peña Nieto es real, tanto que incluso era el favorito para hacerse con la candidatura al Senado a principio de año.
La prudencia ha sido su divisa, por lo que nadie debe esperar anuncios espectaculares en su discurso, sino que su tercer informe servirá para mostrar músculo en la comunidad universitaria y científica de México para llamar la atención de los cazatalentos de Peña Nieto, y en especial de Aurelio Nuño, que dará el visto bueno para el director del Conacyt.
Enrique Agüera está a punto de cerrar su ciclo en la BUAP tras ocho años fulgurantes. Su habilidad política le permitió pasar del marinismo al morenovallismo en un abrir y cerrar de ojos, al grado de convertirse en uno de los aliados más confiables del gobernador poblano. Su siguiente reto será llegar a la administración pública federal. Y solamente en caso de no darse, volteará a ver el proyecto de la alcaldía de Puebla. Siempre y cuando no tenga una colisión directa con el grupo en el poder.
