Para el analista del Instituto de Ciencias Jurídicas, César Cansino, el anuncio de la salida de Andrés Manuel López Obrador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y la creación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en partido, marca el fin de un ciclo para el sol azteca; sin embargo, el nuevo instituto político debe evitar la incorporación de figuras oscuras de la izquierda.
Al anunciar el coloquio internacional “¿Por qué el PRI nuca muere?” y la creación de un Doctorado en Ciencias Políticas, el académico, indicó que, en su momento, desde 1988 el PRD representó una alternativa para la ciudadanía disconforme con la política tradicional en México; sin embargo, explicó que por las pugnas entre diversos grupos al interior del sol azteca y la caída en los vicios y prácticas de los partidos políticos tradicionales, se generó desgaste y desconfianza en la población, a pesar de haberse colocado como la segunda fuerza política del país, luego de la pasada elección presidencial.
“Siento que es inevitable que el PRD sufra una desbandada de gente que simpatiza con López Obrador y renunciará, es un ciclo que termina para este partido, ya que se ha anquilosado y ha sido rebasado por sus grupos, sus luchas intestinas y la sociedad se ha dado cuenta de ello, pues, no fue capaz de interponer los intereses de la nación sobre los propios y ello es castigado por la sociedad”, comentó.
Sobre la creación de nuevos partidos, destacó que la sociedad se ha desencantado de los partidos pequeños, por no representar una opción democrática real para el país, por lo que subrayó la importancia de generar mayores restricciones y candados para la permanencia de éstos, ya que tampoco se puede frenar la creación de organizaciones sociales en las democracias modernas.
En ese contexto, destacó que Morena deberá enviar un mensaje claro que dé confianza a la sociedad, que no es un partido morralla más y, para ello, deberá evitar que figuras oscuras que han contribuido al desgaste del PRD, ingresen a las filas de Morena, como Dolores Padierna y René Bejarano.
